“La importancia de The Line radica en que por primera vez se está trabajando con un nuevo enfoque para responder a los retos de la planificación y la construcción de ciudades”. El arquitecto Albert Civit, que ha sido responsable del Institut Català del Sòl, resumió así el impacto de este proyecto urbanístico impulsado por Arabia Saudita en una conferencia compartida con el abogado especialista en derecho urbanístico y profesor del Máster Universitario en Abogacía y Procura, Pablo Molina.

Ambos expertos explicaron el concepto Zero Gravity Urbanism (Urbanismo de Gravedad Cero) en la segunda conferencia del ciclo Foros, que organiza la Universitat Internacional de Catalunya (UIC Barcelona), y que tuvo lugar ayer en Barcelona. 

Zero Gravity Urbanism propone repensar las ciudades e imaginarlas en tres dimensiones, y no desde el tradicional plano horizontal. “Con esta visión, se sustituyen los transportes y servicios horizontales por otros verticales. La misma densidad que encontramos en varias manzanas de una gran ciudad se puede traducir en un espacio tridimensional”, explicó Civit.

Juan Trias de Bes, arquitecto y profesor de UIC Barcelona School of Architecture, presentó la conferencia. “Desde la academia —afirmó— debemos profundizar y debatir sobre proyectos que nos permiten repensar cómo respondemos hoy desde la Arquitectura a los retos de nuestro tiempo”.

Zero Gravity Urbanism: cambio de enfoque

“En el modelo Zero Gravity Urbanism —explicó Molina— la tierra como tal deja de ser una pieza relevante de la ecuación, y gana importancia el tipo de activo inmobiliario. La propiedad es un cubo de aire, con unos límites que se fijan con coordenadas, y que puede apilarse: residencial, lúdico, servicios, etc., uno encima de otro, unidos a una estructura lateral”. Molina añadió que “bajo esta perspectiva, cambian los conceptos legales que han estado vigentes hasta ahora”.

Albert Civit y Pablo Molina comentaron entre otros ejemplos las principales características del proyecto urbanístico de The Line: una ciudad lineal de 170 km de longitud y 200 m de amplitud, que funcione con energía 100 % renovable, en la que los ciudadanos dispongan de todos los servicios en un radio de 15 minutos a pie y en la que no sean necesarios los coches particulares. 

“Los cambios históricos han transformado las ciudades, y ahora nos encontramos en un momento de cambio profundo. Cada vez más personas vivirán en grandes urbes: se estima que, a final de siglo, será el 75 % de la población mundial. La manera en que se organizan nuestras ciudades debe cambiar”, afirmó Albert Civit.  

Molina explicó que la aparición del coche ha generado fenómenos como el urban sprawl, la extensión en vecindarios de poca densidad y con comunidades poco heterogéneas. “La urgencia climática debe resolverse en las ciudades, ya que son las responsables de la emisión del 70 % de los gases efecto invernadero”.

Civit afirmó que, en su opinión, las actuales ciudades de nueva creación (de las que hay 150 en todo el mundo) están intentando responder a los retos actuales de la forma tradicional como se enfocaron en los años 60 y 70 del siglo pasado. “Debemos encontrar otra forma de afrontar estos problemas”, afirmó. “Si Ildefons Cerdà resucitara”, apuntó por su parte Molina, “reconocería cómo estamos actuando en las ciudades, porque la metodología es muy parecida”.