Como explicaba Armengou, tanto la ética como la tecnología están presentes en nuestro día a día, por ello expuso lo importante que es que “nuestras acciones tengan un máximo de calidad humana para la consecución del objetivo de la tecnología”.

El vicerrector inició la charla con la pregunta: “Si se cae un puente, ¿quién tiene la culpa?”. A partir de ahí habló de la influencia del técnico y su concepción de la ética en la resolución final de un juez. A menudo el perito puede ser protagonista de un dilema; con todo, Armengou planteó tres. El primero, la veracidad contra la protección del débil: a veces, aun sabiendo que la culpa es del proyectista, el técnico culpa la constructora porque podrá asumir los costes de la multa más fácilmente. El segundo dilema es el de la renuncia contra la resolución posibilista, que tiene lugar cuando el perito ya es mayor y, debido a los avances tecnológicos, no es lo suficientemente experto como para aconsejar al juez y miente por ignorancia. El último dilema trata sobre si el técnico dice todo lo que sabe.

En la charla Jaume Armengou concienció a los alumnos de bachillerato, sobre todo a los de la rama de ciencias, de la importancia de la ética en muchas situaciones de la vida, incluso a la hora de construir un puente o hacer una carretera. Los alumnos interactuaron en todo momento con el profesor, que les iba lanzando preguntas y respondía sus dudas.

Esta conferencia fue la última del ciclo “Seminario de Filosofía” que organiza cada año la Facultad de Humanidades, dirigido especialmente a alumnos de bachillerato.