27/11/2019

El arco catenario fue introducido en el ámbito de la ingeniería militar en España un siglo antes de la llegada del Modernismo

Es la conclusión principal que aporta Josep Lluís i Ginovart en su capítulo para el libro Military Engineering, editado por Intechopen

Los arcos catenarios, uno de los elementos más singulares de la arquitectura del Modernismo en España empezaron a utilizarse durante la primera mitad del siglo XVIII. Es la tesis que plantea el director de UIC Barcelona School of Architecture, Josep Lluís i Ginovart, en el capítulo “Scientific Knowledge of Spanish Military Engineers in the Seventeenth Century”, que forma parte del libro Military Engineering publicado recientemente por Intechopen. 

El estudio parte del análisis de unos dibujos de almacenes de pólvora de la primera mitad del siglo XVIII conservados en la colección del Archivo General de Simancas. Esos dibujos revelan que la denominada “teoría de la cadena” ―teoría mecánica que permitiría la aplicación constructiva del arco catenario― llegó a España durante la primera mitad del siglo XVIII. Así lo demuestran, por ejemplo, los proyectos de Miguel Marín para Barcelona (1731) y Tortosa (1733) y otros de Juan de la Feriére en A Coruña (1736). “Aunque no hay evidencia de la construcción de estos depósitos de pólvora, es posible confirmar el uso de arcos de catenaria en la construcción de las bodegas Carlón de O’Connor en Benicarló, construidas por la familia irlandesa O’Connor en el año 1757”, explica Josep Lluís i Ginovart. 

Según se recoge en el capítulo, tras la ascendencia de la dinastía borbónica al trono español, en 1700, varias familias diplomáticas y militares de origen irlandés y escocés emigraron a España bajo protección real, preservando su estatus. Esas mismas familias contribuyeron a la introducción en nuestro país de los principios de la teoría mecánica moderna que ya existían en el Reino Unido. “La teoría de la cadena, seguida por la mayoría de los ingenieros británicos, fue conocida por los ingenieros militares borbónicos en el siglo XVIII y utilizada por algunos inmigrantes irlandeses, como los O’Connor, un siglo antes de la arquitectura modernista de Antoni Gaudí”, concluye el capítulo.