05/07/2019

Joan Anton Maragall: “La cultura crea adicción: cuanta más consumes, más quieres”

El padrino de la promoción es el presidente de la Sala Parés, Joan Anton Maragall.

La Facultad de Humanidades celebró el acto de graduación de los alumnos de la promoción 2018-2019 el pasado 27 de junio. La apertura oficial de la celebración fue a cargo de la decana de la Facultad, Judith Urbano. Después del discurso de bienvenida, intervino la directora del Máster Universitario en Gestión Cultural, la Dra. Marta Crispí, que dirigió unas palabras a los estudiantes del Máster.

A continuación, el presidente de la Sala Parés, Joan Anton Maragall, ofreció una lección magistral. Maragall señaló que en nuestro tiempo hay una distanciación entre las artes y las vidas de la gente, y alentó a los futuros profesionales a contribuir a superar esta separación, “porque la espiritualidad europea pierde mucho en este ‘vivir sin convivir’ con la cultura del propio tiempo”. Todo es empezar, explica, puesto que “como dicen los economistas, la cultura crea adicción: cuanta más consumes, más quieres”.

Seguidamente, dedicó parte de su discurso a los alumnos del Máster Universitario en Gestión Cultural.  De este modo definió Maragall la tarea que llevarían a cabo los graduados del Máster: “Un gestor cultural debe tener un pie en el cielo y otro en la tierra, procurando que no se alejen demasiado el uno del otro, para no perder el equilibrio”. El padrino de la Facultad de Humanidades expresó su conformidad con la aparición de estos programas, pues incidía en que “la cultura es frágil y fácilmente manipulable, por eso hace falta mimarla, porque es un derecho de todo el mundo y de cada uno de los seres humanos”.

Una vez acabada la entrega de diplomas a los graduados, intervinieron en nombre de los alumnos los delegados de la promoción.

Finalmente, la decana de la Facultad fue la encargada de clausurar el acto. Urbano agradeció, primeramente, su tarea tanto a los padres como a los profesores y al PAS, y expresó que tenía sentimientos contrapuestos: alegría por haber presenciado la evolución constante de los alumnos, por el reto que han superado, y pena por su marcha. Para acabar, el acto finalizó con el himno Gaudeamus Igitur.