El galardón reconoce la trayectoria de Mariano Puig como ejemplo para las futuras generaciones por su contribución al desarrollo económico y social de España a lo largo de varias décadas de esfuerzo y de trabajo, creando empleo, internacionalizando sus actividades y contribuyendo a la mejora de su entorno y el bienestar del país. Y, además, por conjugar de forma excelente los intereses profesionales con causas sociales, artísticas y culturales. 

En sus palabras de agradecimiento, el galardonado compartió una enseñanza de su padre, el fundador de Puig: “Mi padre me enseñó que en la vida hay cinco etapas: la primera, aprender a hacer; la segunda, hacer; la tercera, enseñar a hacer; la cuarta, hacer hacer y la quinta —en la que me encuentro ahora—, dejar hacer”. Y afirmó también que “me gustaría dejar un país que ilusione a las futuras generaciones para que en él se entiende que pueden encontrar su sitio”. 

Por su parte, el rey Felipe VI destacó “el papel central e insustituible de la figura del empresario en la generación de riqueza y bienestar para el conjunto de la sociedad. También añadió: “La sensibilidad social que Mariano Puig proyectó desde muy pronto en su entorno industrial y hacia todos los trabajadores es una muestra más de que su altura empresarial es indisociable de su talla moral y humana”. 

En el acto de entrega del premio, asistieron también la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera. 

Mariano Puig es miembro de la segunda generación de la empresa familiar Puig, que actualmente cuenta con casi 4.500 trabajadores, tiene filiales en más de veinte países y vende productos de perfumería y moda en 150 países. Mariano Puig es miembro también del Consejo Asesor Universitario de UIC Barcelona. En 2017, durante el acto de los Premios Alumni, recibió un reconocimiento de UIC Barcelona por su trayectoria profesional.