Mushanad Issia es uno de tantos jóvenes sirios que se ha visto obligado a abandonar su país de nacimiento en busca de un mundo mejor. Atrás deja el estruendo de las bombas, los enfrentamientos armados, la destrucción de calles, edificios y parques y el dolor por lo vivido. También a su madre y a su hermano, arquitecto de profesión, a los que ahora quiere ayudar desde Barcelona, su nueva residencia. 

Se trata de una historia de superación y valentía que este joven, ingeniero civil en Siria, explicó el pasado 26 de febrero a los alumnos de primero del Grado en Derecho. En el marco del ciclo de conferencias de formación continua que organiza la Facultad, Issia relató a los estudiantes todos los procesos administrativos y legales por los que tuvo que pasar para abandonar Siria y llegar a la costa catalana. 

“Pedían muchos documentos para pasar al Líbano”, explicó Issia. Documentos como una carta de garantía firmada desde un país de acogida, a lo que se tiene que sumar las traducciones oficiales correspondientes. También se incluyen el certificado policial y el certificado médico. “Tuve muchos problemas con este último porque si falta una palabra no hay visado”, destacó. Y todo ello, mientras realizaba la dura travesía por tal de llegar al viejo continente.  

Ahora, Issia trabaja como becario en la Universitat de Barcelona y ha conseguido un alojamiento mientras estudia un máster en la Universitat Politècnica de Catalunya. “Tengo suerte”, dijo.

Junto a él, Mariona Enfedaque, de Càritas, explicó a los alumnos de Derecho el marco legal de los refugiados, haciendo un repaso desde la Convención de Ginebra hasta los artículos constitucionales y el Estatut de Autonomia de Catalunya.