Barcelona como epicentro y su influencia en el puerto, aeropuerto y la conurbación es un destacado escenario mundial en cuanto a grandes inversiones: Mercadona, Amazon, Seat, etc. Compañías vinculadas a una logística en la que cada vez es más importante el papel del big data. Precisamente, el tema de debate de la sesión que organizó el Master’s Degree in Big Data Science el pasado 3 de mayo.

La sesión contó con la participación del ejecutivo jefe y cofundador de la empresa emergente Deliberry, Camilo Defoin; con el ingeniero industrial y exgerente del Port 2000 del Port de Barcelona, Adolfo Romagosa, y con el consejero delegado y accionista de Inprous, Ignasi Sayol. Tres ponentes ante una sala llena de alumnos y profesionales que debatieron sobre la evolución del big data en la logística actual. 

Defoin sostuvo en una de sus participaciones que gracias al big data “podemos hablar de automatización de decisiones. Y de mejora de la calidad: contra más datos, más mejora mi decisión”, tal y como puntualizó.

El empresario también señaló que “hace unos años eran pocas las empresas capaces de gestionar estos datos (Google, Amazon, etc.), pero vemos que cada vez las empresas pequeñas son más capaces de ofrecer la calidad de grandes empresas” gracias a la implementación y el uso de plataformas. 

Sayol apuntó que, cada vez más, el cliente pide “productos personalizados, costes ajustados e inmediatez” y que, para esto último, es importante conocer al cliente para anticiparse a sus peticiones. “Evidentemente, los grades playres marcan tendencia pero sigue habiendo nichos para quien quiera desarrollar negocios con la tecnología”.

Por último, Romagosa abordó su experiencia en el Puerto de Barcelona y coincidió con los otros dos invitados en apuntar que las pequeñas y medianas empresas también pueden acceder a la tecnología, pero, tras todo ello, le preocupaba el hecho de que “toda esa tecnología nos transforma en una sociedad distinta”. Una reflexión que llevó a los ponentes a hablar sobre una ciudad contaminada, sobre la gentrificación, la necesidad de apostar por la economía sostenible y la reducción de CO2.