Luis Palacios es doctor en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid, socio del despacho de arquitectos Arenas Basabe Palacios y profesor invitado de UIC Barcelona School of Architecture. Se formó como arquitecto en Rotterdam, como investigador en Berlín y como profesor en Ahmedabad, India. 

¿Cuál es el principal desafío que afrontan las ciudades o los barrios?

El principal desafío es crear ciudades más democráticas. Estamos acostumbrados a que solo los grandes agentes tengan decisión en la producción de los nuevos barrios: entes públicos y los grandes inversores privados. Sin embargo, es necesario abrir la producción de la ciudad a diferentes agentes: pequeños promotores, las cooperativas, o la voz de los ciudadanos también deben tener representación. 

Todos ellos coordinados por un equipo de técnicos multidisciplinares que no solo sean arquitectos o urbanistas, sino sociólogos, expertos en movilidad, energía, economía; todas aquellas disciplinas que están ligadas a la producción de la ciudad.

Si lo conseguimos, podremos hacer procesos de urbanismo colaborativos donde todos estos agentes estén incluidos con voz y voto en la producción de la ciudad contemporánea.

¿Qué papel juega el arquitecto?

El arquitecto debe desempeñar un rol de coordinador, de director de orquesta en la mesa de negociación. Los arquitectos no sabemos mucho de nada, pero sí un poco de muchas disciplinas, sus requisitos y demandas. Podemos entender las necesidades económicas que pueda tener el promotor privado, así como las sociales de la ciudadanía, las políticas del ayuntamiento, y las condiciones técnicas para comunicarnos con los equipos de expertos multidisciplinares. 

Los arquitectos podemos guiar la negociación entre esos agentes que a veces tienen posiciones extremas, incluso contrarias de lo que es la ciudad contemporánea. Podemos ser un árbitro cualificado capaz de entender a todas las partes con el objetivo de hacer un urbanismo más democrático. Nosotros hemos tenido la posibilidad de participar en varias mesas de negociación durante la última década en ciudades del centro de Europa. 

¿Me podría dar un ejemplo de ciudad o barrio democrático?

Creo que el ejemplo que mejor representa esta alternativa de urbanismo frente al convencional que conocemos en las ciudades de nuestro país sería el modelo vienés. Nosotros en los últimos 15 años hemos tenido la posibilidad de participar en este tipo de procesos de planeamiento colaborativo con el diseño y la construcción de dos barrios en Viena.

El vienés es un ejemplo sobre cómo definir un modelo urbano, en el que todos los agentes políticos, incluso los distintos partidos, opinan y acuerdan cuál es la visión de la ciudad para los próximos 20 años. Es un programa que llaman Step 05, ahora va a llegar el Step 25. Según la dirección acordada, se procede a diseñar partes de esa ciudad a través del planeamiento colaborativo en mesas de negociación con todos los agentes implicados. Con lo cual, creo que si miramos el modelo vienés como alternativa a lo convencional podemos aprender e importarlo a nuestras ciudades.

¿Cuál es el papel de la universidad?

Creo que el papel de la universidad tiene que estar muy vinculado con lo profesional. Esa relación entre el profesor e investigador y el arquitecto profesional es necesaria para la formación de nuestros estudiantes. 

Todo el conocimiento que hemos podido aprender sobre el urbanismo colaborativo lo hemos llevado al ámbito docente a través de simulacros académicos. Intentamos enseñar al alumno que otras formas de producir ciudad son posibles.

El día de mañana serán estos estudiantes los arquitectos que diseñen ciudades, pero otros participarán de la promoción privada y otros, como representantes del ente público. Si nosotros conseguimos ahora transmitir esta alternativa a la producción convencional de la ciudad estoy convencido de que se podrá implementar en futuros años.