Los trastornos mentales y las adicciones son uno de los problemas de salud con una carga sanitaria, social y económica de las más elevadas y crecientes en la mayoría de países. Según la Organización Mundial de la Salud, dos de cada cinco casos de incapacidad en el mundo son debidos a trastornos mentales, los cuales también originan hasta uno de cada tres del total de los contactos con los servicios de salud, tanto en países desarrollados como no desarrollados.
La elevada prevalencia de estos trastornos se relaciona también con las rápidas transformaciones sociales, y fenómenos como la falta de empleo, la pobreza, las migraciones, la falta de apoyo familiar y social, la soledad, las rupturas de las redes sociales y las tensiones económicas. Las consecuencias de la crisis económica reciente y la pandemia Covid-19 actual están acentuando el efecto de estos determinantes , comprometiendo además el diagnóstico precoz así como el adecuado seguimiento y control de los pacientes con enfermedad mental.
Frente a todo ello, los sistemas sanitarios de los países desarrollados están afrontando ya cambios sin precedentes en su propia historia. La variabilidad de la práctica clínica, la multidisciplinariedad de las intervenciones, la complejidad del proceso asistencial, la incorporación de nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas y el coste asociado que conlleva, entre otros, son aspectos que caracterizan la realidad sanitaria en la actualidad. Esta también reclama una orientación a los resultados y una divulgación transparente de estos .
Además, esta situación va a evolucionar de forma muy rápida promovida por un cambio en el modelo de paciente, que está adquiriendo un perfil más activo, participativo y responsable en el manejo de su salud. En el área de la salud mental, en concreto, diferentes estudios han demostrado que intervenciones específicas orientadas a la formación de pacientes y familiares de personas que padecen enfermedad mental han obtenido resultados muy positivos.
Teniendo en cuenta este entorno actual, es imprescindible que los profesionales adquieran nuevas herramientas y habilidades de gestión que faciliten su labor diaria.