Esta colaboración solidaria también fue posible gracias a la colaboración de Proclinic, Ancladén y Normon, compañías de material médico y odontológico que donaron parte del material utilizado.

Los alumnos de las facultades de Odontología y Medicina, así como personal de la Universidad, han estado trabajando en Ngeba, un poblado a trescientos quilómetros al sur de Kinshasa, donde las condiciones de vida son de exagerada precariedad, pues no disponen de luz ni agua continuas. Estas limitaciones logísticas hicieron que, por ejemplo, las actuaciones del equipo odontológico tuvieran que limitarse a las extracciones, al no poder usar material eléctrico.

Algo que sorprendió a los odontólogos, y que es muestra fehaciente del nivel de pobreza que asola la región, fue la ausencia de patologías típicas de países en vías de desarrollo y de los industrializados, como la caries. La falta absoluta de recursos para incluir el azúcar refinado y sus derivados en su dieta habitual tiene como paradójica contrapartida una salud bucal mayor a la nuestra.

Por otra parte, el equipo médico, sí tuvo que atender gran cantidad de dolencias, sobre todo aquellas relacionadas con las enfermedades tropicales que abundan en la región.