Después de trabajar en diferentes proyectos audiovisuales, la profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Anna Escurriola ha impulsado su primer cortometraje, Cuatro Treinta, que retrata el estigma que sufren las personas que tienen enfermedades de la piel a partir de una historia que se inspira en su experiencia personal.

El corto narra la historia de una chica que tiene una alteración de la piel de origen genético y que inicia un nuevo tratamiento para conseguir una vida normal y encajar socialmente. El proceso, sin embargo, le acaba ocasionando un impacto físico y emocional tan grande que se replantea si es el camino correcto.

Escurriola, que sufre psoriasis, explica que el guion retrata “experiencias de discriminación” que ha experimentado durante su vida y argumenta la importancia de este proyecto: “El objetivo del cortometraje es dar visibilidad y concienciar sobre las enfermedades de la piel y todo lo que comportan, para generar empatía y transformar en positivo el sentimiento universal sobre ser diferente”.

“Un reto en todos los sentidos”

El cortometraje, que se grabó entre el 4 y el 8 de septiembre, se encuentra en plena fase de posproducción. “La COVID-19 nos dificultó el rodaje y también ha frenado la búsqueda de patrocinadores”, relata la profesora de la Facultad, que cree que tendrá el montaje finalizado y listo para empezar con la distribución antes de Navidad.

Anna Escurriola asegura que liderar el proyecto está siendo un “reto en todos los sentidos”, no solo por el hecho de haber dirigido un grupo de más de unos veinte profesionales sino por las implicaciones emocionales con la historia. Así mismo, ha aprovechado el cortometraje para reivindicar el trabajo de las profesionales femeninas del sector audiovisual, puesto que ha apostado por una “mayoría femenina” en los apartados técnicos del montaje.

Quién lo desee puede colaborar en el cortometraje con una aportación en este enlace.