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Casi el 2 % de los tuits publicados tras el atentado de ‘Charlie Hebdo’ eran violentos o de odio
El Salón de Grados de UIC Barcelona acogió el pasado 29 de abril la mesa redonda “Odio, violencia y delito en las redes sociales: ¿Cuándo, cómo y por qué?” organizada por la Facultad de Derecho con la colaboración del Centro Crímina a través del Proyecto CiberHache.
Miguel Ángel Aguilar, fiscal coordinador del Servicio de Delitos de Odio, fue el primero en intervenir en la mesa redonda. Aguilar habló sobre el discurso de odio en las redes sociales y el límite en la libertad de expresión. El fiscal afirmó “Tiene que haber un cambio: el discurso de odio genera sufrimiento, afecta a la vida diaria de mucha gente anónima, supone una propagación de estereotipos y prejuicios”. Habló también de la relación que hay entre el discurso violento en las redes sociales y los delitos. “En Barcelona, en todos los casos que hemos tenido con un componente de gran violencia, los implicados eran consumidores de discurso de odio”, dijo.
Por su parte, Fernando Miró, catedrático de Derecho Penal en la Universidad Miguel Hernández y director del Centro Críminia, presentó los datos del estudio CiberHache realizado por el Centro Críminia. “El 1,9 % de mensajes publicados en Twitter tras los atentados al semanario francés Charlie Hebdo, de enero de 2015, eran manifestaciones violentas y de odio”, explicó. La investigación ha analizado un total de 255.674 tuits publicados en los cinco días posteriores a los atentados a partir de las etiquetas más mencionadas en España: #CharlieHebdo, #JeSuisCharlie y #StopIslam.
Para el estudio, se redujo la muestra de los más de 255.000 tuits a tan solo 53.860 mediante la eliminación de los retuits para no analizar mensajes repetidos, aunque Miró señaló que “un retuit también es un mensaje de violencia y odio pese a que el usuario no sea el creador, ya que convierte el mensaje en propio y es difusor de este”.
Un total de 4.838 tuits fueron considerados como discurso violento o de odio, ante lo que Miró aseguró: “Se confirma nuestra hipótesis inicial de que en Twitter este tipo de mensajes representan un porcentaje muy bajo en comparación con otras formas de comunicación”.
Además, Miró destacó que la primera etiqueta que apareció tras los atentados fue #CharlieHebdo, seguido por #StopIslam y, por último, #JeSuisCharlie, lo que refleja que “el odio apareció antes que la solidaridad”.
Por último, fue el turno del periodista de La Vanguardia Eduardo Martín de Pozuelo, quien declaró que el terrorismo islámico es “un motor universal del odio” que ha iniciado una guerra dividida en dos frentes: “Existe una guerra formal, basada en ataques y trincheras, como los conflictos convencionales, y la llamada guerra líquida, que se refiere a lugares que se convierten en trincheras de forma puntual”.