24/01/2022

Cómo arropar a las familias vulnerables en un mundo cambiante

Montserrat Gas y Pilar Lacorte, directora y subdirectora de docencia, respectivamente, del Instituto de Estudios Superiores de la Familia (IESF) de UIC Barcelona, hablan sobre el acompañamiento familiar en la conferencia en línea organizada por “Plataforma per la família”, que dirige el periodista Daniel Arasa

La fragilidad de los vínculos es una de las preocupaciones más acuciantes de las familias. Dar por hecho que cuando uno se casa es para siempre no es común hoy en día. La causa que hay detrás son los grandes cambios que está experimentando la sociedad. No solo están evolucionando los hábitos y las costumbres de las familias, sino también las formas de pensar dentro y sobre ellas.

Ante estos procesos, que están derivando en un contexto social cada vez más individualista y atomizado, Monserrat Gas confirma la necesidad del acompañamiento familiar. “Los nuevos conceptos sociales —asegura Gas— contradicen la esencia del ser humano, como ser relacional, y de la familia, como relación de personas”.

Otro de los cambios que está experimentando la sociedad es, según Gas, la transformación de los estilos de vida de unas generaciones a otras. Ante esto, propone pasar de un paradigma teórico —el que se estaba llevando a cabo hasta ahora—, hacia uno eminentemente práctico y vital, además de personalizado.

Por su parte, Pilar Lacorte afirma que es necesario un cambio de mirada, “un cambio de cultura sobre lo familiar”. Acompañar a familias no sería, entonces, solamente “la mediación y la ayuda, ni la orientación y consultoría”, afirma Lacorte, sino también “todo tipo de acciones para que cada una de las familias, independientemente de su situación, descubran su protagonismo educador y cómo solucionar y dar salida a las dificultades que surgen en todos los hogares”.

¿Desde dónde se acompaña?

El acompañamiento requiere establecer relaciones. Se trata de una acción bidireccional basada en la confianza. Lacorte insiste en que “no es necesario crear nuevas estructuras para el acompañamiento, sino incidir sobre aquellas que ya existen”.

El primer lugar desde donde es posible realizar un acompañamiento es aquel al que acuden las familias cuando sufren por los problemas que atraviesan. “La pastoral familiar es un ámbito muy importante del acompañamiento, no solo la parroquia o lo eclesiástico, sino todas aquellas iniciativas e instancias desde las que se da formación y ayuda como Iglesia que somos todos”, argumenta Lacorte.

La escuela es otro de los grandes lugares desde donde es posible la labor de acompañamiento a las familias. “La función de los colegios —apunta la subdirectora del IESF— sería entonces la de animar a los padres a que ejerzan su función educadora y hacerles recuperar la seguridad en lo que es la paternidad y la maternidad.

¿Quién acompaña?

No basta con querer acompañar a las familias para poder hacerlo. Pilar Lacorte insiste en que son fundamentales la confianza y la formación: “En este mundo tan individualizado cada vez es más complicado crear esas relaciones de confianza para acompañar y ser acompañado”.

En este sentido, para hablar de matrimonio y transmitir sus valores, hace falta una actitud realista y optimista. “Hay que redescubrir la verdad de la familia —reclama Lacorte—, sus fundamentos. Quitarle todos los elementos que nos están separando los unos de los otros y volver a la esencia”.

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