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Cristina Martorell: “Las redes sociales se integrarán progresivamente en otras esferas de nuestra vida cotidiana”
Repasamos con la profesora de las asignaturas Comunidades en Línea y Marketing Digital de la Facultad de Ciencias de la Comunicación el impacto que han tenido las redes sociales en la crisis del coronavirus.
No hay duda que las redes sociales han tenido un papel clave durante este confinamiento. La información –y muchas veces la desinformación– se ha canalizado en gran parte a través de las redes, que también han funcionado como una gran palanca de acompañamiento en medio de la crisis sanitaria. La profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Cristina Martorell explica que han surgido todo tipo de iniciativas desde las redes que han facilitado “el contacto con otras personas” y que han permitido “sentirnos más acompañados”.
De hecho, las redes han permitido realizar videollamadas con amigos y familiares, asistir de forma virtual a conciertos o a diferentes acontecimientos culturales y formar grupos de apoyo o de ayuda, entre otras actividades. Martorell asegura que las redes han ofrecido apoyo emocional a muchas personas durante el confinamiento: “Somos seres sociales y las diferentes plataformas han ayudado a paliar la soledad, especialmente entre los colectivos más vulnerables”. En este sentido, la profesora ha destacado la iniciativa de donación de tabletas a los abuelos y abuelas en residencias que impulsó el Estado para que los más mayores pudieran hablar y ver a sus familias de manera telemática durante el confinamiento.
Riesgos y evolución
Aun así, las redes sociales siguen siendo un arma de doble filo. Han sido grandes transmisoras de noticias falsas, y la página de referencia especializada en desmentirlas, Maldita.es, ha contabilizado más de 600 durante esta crisis sanitaria. Por otro lado, Cristina Martorell apunta la privacidad como otro de los focos a tener en cuenta: “Las redes tienen que velar para proteger la privacidad de los usuarios especialmente entre los niños y adolescentes”. La profesora remarca que la educación es “clave para luchar contra el ciberacoso, la adicción a las redes o la desinformación: unos problemas que a pesar de no ser inherentes a las redes se pueden haber amplificado a partir de las diferentes plataformas”.
En cuanto al futuro, Martorell explica que “es difícil prever la evolución de las redes, porque tienen ciclos de vida muy cortos y cada vez surgen nuevas que desbancan las anteriores”. Así mismo, prevé un cambio de tendencia que se irá consolidando cada vez más en el futuro: “Hace poco más de diez años, las redes sociales solo servían para comunicarnos con nuestros amigos y hoy podemos comprar, compartir archivos, retransmitir en directo o buscar recomendaciones. Poco a poco, las redes se integrarán cada vez más en otras esferas de nuestra vida cotidiana”.