Al empezar, Marta Gámiz, gestora de centro de la Escuela de Doctorado, en nombre de Núria Casals, directora de la Escuela, que tuvo que excusar su ausencia, dio la bienvenida a los nuevos doctores. Acto seguido, fue nombrándolos uno a uno y el rector les impuso el birrete.

A continuación, fue el turno de Carles Francesc Baeza, representante de los nuevos doctores, que aprovechó para agradecer a todas las personas que les han apoyado durante este tiempo de estudio para realizar el doctorado. Especialmente agradeció a la Universidad. “Formamos parte de un prestigioso legado —dijo—; es un honor y una alta responsabilidad con quienes nos preceden y con los que vendrán”.

Por su parte, Cristina Monforte, vicerrectora de Investigación, Innovación y Transferencia animó a los recién doctorados a continuar con la labor de investigación que “es un servicio a la sociedad”. “La investigación —remarcó— es un trabajo oculto, con muchos altibajos, pero a menudo hay momentos para gritar, de nuevo, ¡eureka!”.

Por último, el rector Alfonso Méndiz, que presidió el acto, les dijo: “Sois nuestro legado y nuestra continuidad, el testamento que queremos dejar a nuestra sociedad. Sois nuestros embajadores y, en cierto modo, también nuestros brazos que hacen posible el proyecto de UIC Barcelona de hacer de este mundo un mundo más habitable”.

En el acto también se otorgaron cinco premios extraordinarios de doctorado a la mejor tesis para los diferentes ámbitos de conocimiento: uno, en Arquitectura y cuatro, en Ciencias de la Salud, en las diferentes líneas de investigación: Ciencias Básicas, Medicina, Fisioterapia y Odontología.