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Dra. Mercè Boada: ‘La medicina es de todos los colores y de todas las medidas: no hay una más importante que otras’
A mediados del mes de junio tuvo lugar en UIC Barcelona la graduación de la tercera promoción de Medicina. Tras unas palabras de bienvenida de la profesora Marta Elorduy, vicedecana y directora del Grado en Medicina, la Dra. Mercè Boada, neuróloga y padrina de la graduación, se dirigió a los alumnos con unas sentidas palabras en las que transmitió su periplo personal y profesional por el mundo de la Medicina desde que dejó las aulas de la Facultad. Habló a los nuevos profesionales de sus primeros años: “Van a tener mucho miedo, y les quiero hablar del miedo porque nadie me habló en la facultad, y no supe qué hacer… Aprendí a prevenir, predecir y protocolizar, escuchar, entender, leer entre líneas”. Luego animó a los graduados a seguir aprendiendo siempre, estén donde estén: “La medicina es de todos los colores y de todas las medidas: no hay una más importante que otras”, les dijo, y siguió: “Todo está admitido y todo es perfecto, sean lo que quieran ser y no se preocupen. Sigan soñando: la que escojan será la mejor opción. En cualquier rincón se puede hacer investigación, en cualquier rincón hay buena medicina, si hay buenos médicos”.
Tras el discurso de los representantes de la promoción, la entrega de diplomas y la lectura del Juramento Hipocrático a cargo de la Dra. Paloma Puyalto, escogida por los estudiantes, el decano, el Dr. Albert Balaguer, cerró el acto con unas palabras en las que animó a los nuevos profesionales a afrontar con todas las fuerzas “el privilegio de servir al ser humano”. En su discurso también habló del ideal de profesional que se forma en UIC Barcelona: “Habéis aprendido muchas cosas técnicas y también habéis mejorado en los valores: búsqueda de la verdad, la persona en el centro de nuestra misión, compromiso en el trabajo… y eso es amabilidad, optimismo, trabajo en equipo, etc.”. “¿Cómo nos gustaría formar médicos? Con ganas de aprender siempre, con un espíritu crítico positivo y que sean capaces de ponerse en la piel del paciente”.
El acto se clausuró con el canto del Gaudeamus Igitur.