1. Recientemente habéis realizado el estudio “Comparación de la eficacia de tres métodos diferentes de enseñanza de higiene oral en niños españoles de 3 a 5 años de edad”. ¿En qué ha consistido y cómo lo habéis llevado a cabo? 

Alexandra Trullàs: El objetivo del estudio era determinar qué método de enseñanza de higiene oral es más eficaz para reducir el índice de placa bacteriana en niños españoles de 3 a 5 años. Para ello, se realizó un estudio prospectivo y longitudinal en una muestra de 157 niños que cursan educación infantil en el Colegio Pureza de María de Sant Cugat del Vallès. 

Ana Veloso: El estudio se dividió en tres partes. En la primera parte, se evaluó el índice de placa dental utilizando el índice O’Leary en el que el examinador determina la presencia o ausencia de placa dental en las cuatro superficies de los dientes. Con los resultados, elaboramos un informe dirigido a los padres para informar de la salud oral de sus hijos.

En la segunda fase, impartimos sesiones educativas sobre higiene bucal a los más pequeños. Cada grupo escolar (P3, P4 y P5) se subdividió, de manera aleatoria, en tres grupos y en cada uno de ellos se utilizó un método distinto de enseñanza: vídeo explicativo, presentación de PowerPoint y una sesión práctica con fantomas. 

Por último, la tercera fase se realizó tres meses después y en ella se evaluó nuevamente el índice de placa bacteriana mediante el Índice O’Leary para valorar qué técnica de aprendizaje había sido más efectiva para concienciar a los niños. También se informó de los resultados a los padres mediante un informe.  

2. ¿Qué temas se trataron en las presentaciones realizadas a los niños? ¿La información trasladada con cada metodología era la misma?

A. T.: Los tres tipos de sesiones educativas presentaban el mismo contenido. En ellas explicamos principalmente qué rutinas hay que seguir para tener una buena higiene dental: cómo debe ser, cuántas veces al día hay que cepillar los dientes, qué pasta de dientes utilizar, etc. Además, el contenido se completó con información sobre buenos hábitos alimentarios para explicar a los más pequeños qué alimentos producen más caries y cuáles hay que comer con mayor frecuencia. 

3. ¿Habéis observado una mejoría en la higiene oral de los niños después de las sesiones educativas? 

A. V.: Tras analizar los resultados después de la primera y la última sesión, podemos confirmar que sí hemos observado una mejoría en la higiene oral de los niños y una reducción del índice de placa, aunque estos resultados no son estadísticamente significativos. 

4. ¿Habéis detectado un cambio de actitud en los niños después de la primera revisión? 

A. T.: Tras la primera revisión hemos podido ver cómo ha cambiado la actitud de los niños y niñas ante el odontólogo. Muchos niños nunca habían acudido al dentista y no estaban familiarizados con el instrumental que usamos, lo que les provocaba cierto grado de miedo o ansiedad a lo desconocido. En cambio, en las revisiones posteriores los niños se mostraron mucho más contentos y participativos. 

5. ¿Cómo mejoraríais estas intervenciones para que fueran más eficaces y tuvieran más impacto?

A. T.: Este tipo de intervenciones deberían impartirse en cada curso y hacer un seguimiento de los niños hasta que finalice su etapa escolar. Es importante acompañarlos y orientarlos en cada etapa de su vida ya que sus necesidades son distintas. Por otro lado, creemos que las revisiones serían más eficaces si los padres estuvieran presentes, ya que son ellos los que pasan la mayor parte del tiempo con sus hijos y pueden ayudarles, enseñarles y motivarles a conseguir unos buenos hábitos sobre salud oral. 

A. V.: Es fundamental realizar charlas educativas sobre salud bucal para animar así a la población más joven a mantener unos buenos hábitos de higiene y alimentación. Este tipo de iniciativas contribuyen a formar a los jóvenes en salud oral y los conciencian sobre la importancia de la prevención bucal para evitar patologías bucales en el futuro. 

6. ¿Cuál ha sido el papel de los padres en el proceso? ¿Les habéis informado del estado bucal de los niños y buscado su colaboración?

A. T.: Aunque los padres no han podido estar presentes durante las sesiones educativas ya que estas se impartieron en horario escolar, los hemos mantenido informados en todo momento sobre la salud oral de sus hijos a través de cartas informativas con los resultados de las exploraciones. 

A. V.: Además, también hemos tenido la oportunidad de formar a los padres mediante una charla informativa sobre higiene oral y dieta realizada de manera virtual por el profesorado del departamento de Odontopediatría de la Facultad. La experiencia fue un éxito ya que los padres se mostraron muy activos y participativos.

7. ¿Creéis que influiría positivamente que estuvieran los padres presentes durante las sesiones educativas?

A. T.: Por supuesto que sí. Cuando los niños son pequeños es difícil que entiendan todo lo que les decimos al igual que tampoco saben muy bien cómo ponerlo en práctica. Lo ideal es que los padres pudieran estar presentes para explicarles las técnicas correctas de higiene en niños y cómo ponerlas en práctica. Los padres son los principales responsables de la higiene oral de sus hijos. 

8. ¿Qué os ha aportado esta experiencia?

François Ribiere: Esta experiencia, aparte de pasar un momento divertido con los más pequeños, me ha permitido familiarizarme con el trato con niños de esta edad en la consulta. Aunque solamente realizamos una breve exploración intraoral y evaluamos su índice de placa bacteriana, también tuve la oportunidad de poner en práctica los conocimientos que estudiamos en clase a lo largo del Grado.

A. V.: Para mí ha sido una gran experiencia y creo firmemente que educar en la prevención desde pequeños es muy importante para mantener una correcta salud oral de por vida.