23/09/2014

El fisioterapeuta internacional Robinson Ramírez apadrina la graduación de Fisioterapia

El pasado 27 de junio tuvo lugar la graduación de Fisioterapia. El acto estuvo presidido por Albert Balaguer, Caritat Bagur y el Dr. Robinson Ramírez, padrino de promoción.

Tomó la palabra Caritat Bagur, vicedecana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, quien en primer lugar felicitó a los nuevos graduados y afirmó que se “merecen los elogios recibidos por el trabajo realizado hasta el momento”. Así mismo, les ofreció su total confianza y afirmó que esperaba sus “contribuciones futuras”, siempre encarando la profesión al “compromiso con los pacientes, que no dejan de ser humanos”.

Tras ser presentado por la vicedecana, el Dr. Robinson Ramírez empezó por agradecer la invitación al acto. En su intervención, expuso el tema del nuevo reto al que se debe hacer frente: “Las enfermedades crónicas no transmisibles y la fisioterapia.”

La primera pregunta que lanzó a los asistentes fue: “¿Hemos avanzado en la fisioterapia?” Y afirmó que si nos remontamos a los manuscritos antiguos, puede verse una clara evolución. De hecho, no fue hasta la Primera Guerra Mundial “que nació la fisioterapia moderna”.

El doctor colombiano afirmó que las enfermedades crónicas “suponen un importante impacto” a todos los niveles de la sociedad. Y, para colmo, cuanto más sabemos de una enfermedad, más enfermamos. Hizo especial énfasis en el sedentarismo, la inactividad física, “que mata más que el tabaquismo”. Aquí es donde los fisioterapeutas tienen un reto: “Somos los expertos en el área del movimiento, justo lo que más necesitamos ahora.” El ejercicio físico es “una medicina” y practicándolo “un tercio de las enfermedades de las que morimos se puede prevenir”.

También defendió que “esta problemática —el sedentarismo y el resto de enfermedades crónicas— no debería ser excluida de los debates mundiales y de las agendas de salud, pero sobre todo de las universidades”.

Tras la entrega de diplomas y el discurso de la delegada, por último, Albert Balaguer, decano de la Facultad, cerró el acto felicitando a los alumnos y a las familias, a los que dijo que “para la UIC significa la culminación de un proceso”, y les recordó que “el proceso de formación no acaba nunca” y que en la UIC siempre encontrarán un cuerpo docente que recibirá con los brazos abiertos a los nuevo Alumni.