El síndrome posvacacional, trastorno que se produce ante la incorporación brusca al trabajo tras un periodo vacacional largo, puede derivar en estrés o depresión si se prolonga durante más de un mes, según la profesora del Grado en Psicología de UIC Barcelona
Cansancio, desajustes en el sueño o sentimientos de tristeza y apatía son algunos de los síntomas de este trastorno, que suele prolongarse de dos o tres días a dos o tres semanas. Las principales señales de alarma de este trastorno son la falta de energía, que se traduce en cansancio y desajustes en el sueño, dificultades para concentrarse y tomar decisiones, sentimientos de tristeza y ansiedad, apatía y falta de motivación. Para evitar que el síndrome desemboque en un problema grave, la Dra. Alonso-Stuyck recomienda atajar el síndrome siempre desde un inicio y acudir a un psicólogo si es necesario.
La Dra. Alonso-Stuyck aclara que “no se puede hablar de perfiles vulnerables” a sufrir el síndrome posvacacional, aunque sí que se han detectado algunos factores que pueden contribuir a padecerlo, como “estilos de vida poco saludables en relación al sueño, la dieta, la actividad física o el ocio”.
Para prevenir el síndrome posvacacional y hacer más llevadera la vuelta al trabajo, la experta recomienda “volver de vacaciones unos días antes de incorporarse para facilitar la adaptación, planificar la puesta al día de las tareas acumuladas y gestionar el tiempo con realismo”. Además, es importante “diseñar un proyecto de desarrollo que otorgue sentido a las áreas personal, familiar, laboral o social”, así como “aprender a relativizar con buen humor la importancia de lo que emprendemos”.