27/06/2014

Emili Pons reclama una educación basada en los valores

Emili Pons, coordinador en materia del sistema educativo en el Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya, apadrinó la graduación de los alumnos de Educación Primaria que tuvo lugar ayer en el Aula Magna del Campus Barcelona de la UIC. El acto fue presidido por el Dr. Albert Arbós, decano de la Facultad de Educación, y la Dra. Mireia Tintoré, vicedecana de la misma facultad.

En primer lugar, la Dra. Mireia Tintoré, vicedecana de la Facultad de Educación, se dirigió a los nuevos graduados y les recordó que como maestros “deberéis ser modelos de vida y puntos de referencia para vuestros alumnos. Los niños y las niñas aprenden todo lo que lo viven, pero sobre todo lo que ven. Ser docente representa un compromiso y una responsabilidad en la educación de las personas y requiere una dedicación que va más allá de las horas en la escuela”.  Asimismo les recordó: “no olvidéis que vuestros alumnos esperan de vosotros mucho más que los conocimientos o el desarrollo de capacidades y competencias; esperan que los ayudéis a sacar todo lo que llevan dentro, a desarrollar plenamente sus potencialidades materiales y espirituales”.

Seguidamente tuvo lugar el discurso del padrino de la promoción, el Sr. Emili Pons. En su parlamento, Pons hizo un llamamiento especial a la educación en valores, como una necesidad de la actual sociedad. Así, explicó que si hace unos años se podía poner en duda este tipo de educación, cada vez más se veía más necesaria.

En este sentido, el padrino de la promoción manifestó que la primera dificultad de la educación en valores es que “los valores no se enseñan, se aprenden” y añadió que, por tanto, la manera de educar en los valores es “dando ejemplo en cada una de las decisiones y actos, y siendo consecuentes”.

Por su parte, el Dr. Arbós, decano de la Facultad de Educación, dio cuatro consejos a los nuevos graduados: conservar la capacidad crítica para no depender de los prejuicios y enseñar a pensar a los alumnos; pensar en la capacidad de supervivencia para entender que cada alumno es una posibilidad de vida; reservar un rato para reflexionar cada día y, por último, enfocar la tarea de educadores como una contribución a la sociedad.

En la graduación se entregaron los diplomas, hubo el parlamento de la delegada de curso y terminó con el tradicional Gaudeamus Igitur.