27/06/2014

En busca de enfermedades en los esqueletos de hace 2.000 años

La profesora Maite Salagaray, del Área Restauradora de la Facultad de Odontología de la UIC, presentó un póster en el XVIII Congreso Internacional de Arqueología Clásica, que es fruto de una investigación conjunta con profesores de otras universidades y disciplinas totalmente diferentes, con el que se quiere explicar la importancia de los esqueletos a la hora de poder curar enfermedades de hoy.

El póster, sobre el área funeraria del suburbio oriental de la Tarraco de los siglos I a III d. C., presentado en este congreso celebrado del 13 al 17 de mayo en Mérida (Badajoz), muestra uno de los diferentes estudios elaborado gracias al convenio firmado entre la UIC, el Instituto Catalán de Arqueología Clásica y el Hospital Joan XXIII de Tarragona. Con esta unión de un grupo de áreas de investigación tan heterogéneas –cada una con sus instrumentos y capacidades–, se quiso facilitar el trabajo llevado a cabo por la profesora Salagaray.

Concretamente, explica la profesora de la Facultad de Odontología, su tarea consiste en “determinar la enfermedad dental en esqueletos de la Tarraco romana, complementada con la información que aporta el resto del grupo como el tipo de entierro o la edad y el sexo de los individuos que estudiamos, o el posible estatus social, etc.” Para hacer esto, “actualmente –sigue– ya se han estudiado más de doscientos individuos”.

De hecho, todo este estudio se enmarca con el que está realizando la profesora de la UIC, que participa en un proyecto europeo en que se estudia la posibilidad de extraer ADN de la pulpa dental para intentar ver la incidencia de la diabetes en la población. La gran diferencia con los otros países es que esta investigación se suele hacer en personas vivas, mientras que ella la hace en material arqueológico. “Está claro –afirma Salagaray– que el conocimiento del ADN, se extraiga de donde se extraiga, al menos nos ayudará a entender mejor las enfermedades y, posteriormente, tratar de solucionarlas”.