Durante la jornada, celebrada el pasado 30 de septiembre en UIC Barcelona, diferentes expertos aportaron una visión holística de la situación actual y la previsión del futuro de los refugiados y las crisis migratorias en Europa. 

Entre los expertos participó Ferran Tarradellas, representante de la Unión Europea en Barcelona. Tarradellas habló de las diferentes respuestas que se han dado desde la Unión al gran número de refugiados que han llegado en estos últimos años. Por un lado, hasta el momento se han destinado 5 mil millones de euros de ayuda humanitaria y se han comprometido 3 mil millones más futuros. La ayuda se ha ofrecido especialmente en Siria y en los países donde hay un mayor número de refugiados: Líbano, Jordania y Turquía. Otra respuesta que ha planteado también la UE es la creación de un mecanismo para la redistribución de refugiados. También se ha trabajado en la creación de vías para que la llegada de refugiados pueda ser de forma legal y segura y que no tengan que acudir a las mafias para entrar en la UE. En resumen, como el mismo Tarradellas afirmó “La prioridad de la UE ha sido evitar el máximo de muertes posibles y dar un trato digno a los refugiados”. 

La jornada empezó con el testimonio de Ousman Umar, estudiante universitario que llegó hace diez años en patera desde Ghana a Barcelona en busca de un futuro mejor. Umar compartió su experiencia como ejemplo de la historia que viven miles de personas al día en todo el mundo. El estudiante afirmó: “La mayoría de gente que empieza el viaje hacia Europa no llega, acaba en el fondo del mar o en el desierto”. También añadió “la falta de información es actualmente el cáncer de África”. Por este motivo, ha fundado la ONG Nasco IT, que envía ordenadores de segunda mano a Ghana y habilita en el país aulas de informática para jóvenes ghaneses. 

Por su parte, el catedrático de la UB Andreu Olesti habló sobre los problemas que este flujo migratorio masivo de personas está trayendo a los países de la UE. Por un lado, cada país responde de una forma distinta y algunos estados miembros se han mostrado más abiertos a recibir a estas personas que otros. A su vez, estos países “más solidarios” están recibiendo más presiones internas por parte de su población que les ha llevado en última instancia a tener que reforzar su frontera, precisamente para evitar esta llegada masiva de refugiados. Olesti también criticó que, por otro lado, “Los estados que se muestran poco solidarios, reticentes a recibir o a proporcionar recursos, no sufren aparentemente de ningún tipo de sanción”. 

También intervino en la jornada Montserrat Nebrera, profesora de la Facultad de Derecho de UIC Barcelona. Nebrera expuso la respuesta que está dando España. Según Nebrera, uno de los problemas prácticos más importantes del Estado español se debe al sistema que existe actualmente en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE) donde se puede pedir asilo. A los CIE no solo llegan extranjeros en busca de un futuro mejor, sino también personas que han cometido delitos en nuestro país y que al salir de la cárcel piden de nuevo el asilo. El sistema se ve colapsado porque debe responder a todas las peticiones. La solución pasaría por detallar mejor la ley de asilo en este sentido. Por tanto, como Nebrera afirmó, “La no respuesta española está propiciada por una serie de circunstancias. Algunas son por voluntad política. El estado de derecho no está preparado”. 

Por su parte, Xavier Baró aportó la visión de los Balcanes, uno de los territorios a donde mayormente se dirigen los refugiados. En su opinión, este destino presenta tres problemas: “Los Balcanes viven demasiado lejos de la Europa occidental y viceversa; hay un gran desorden y caos en la economía postcomunista y, por último, se ve a los Balcanes como frontera de Europa, cuando son parte de ésta”. 

Finalmente, intervino también Carmen Mendoza, subdirectora de la School of Architecture y directora del Master International Cooperation: Sustainable Emergency Architecture. En el máster trabaja actualmente en un proyecto de investigación que se está realizando para la integración urbana de refugiados y mejoras en campos de refugiados. En su opinión, la mejora de la calidad de vida de los refugiados pasa por un sistema de integración de éstos en la sociedad, en viviendas sociales dentro de las mismas ciudades, por ejemplo, para evitar la creación de guetos que se crean en los campos. “Los campos son lugares de hacinamiento donde la gente no acaba de desarrollarse como personas”, afirmó.