17 cimas. Viaje a la cumbre más alta de cada comunidad es, en palabras del periodista y escritor Héctor Oliva, “no sólo un libro de montaña sino también de impresiones y sensaciones, un libro slow”. Es decir, un libro hecho para contemplar, respirar, escuchar, tumbarse a ver las estrellas... Fruto de diecisiete ascensiones, la obra comenzó hace dos años, cuando habló a su mujer sobre este proyecto: “y como mínimo –explicaba Oliva en la presentación– no me dijo que no. Al final, me ha acabado acompañándome en siete de ellas”.

Oliva explicó que es “más viajero que montañero”, por lo que no siempre ha sido fácil llegar a los diecisiete cumbres: “precisamente por eso, si yo lo he conseguido, lo puede hacer mucha más gente”.

En su turno de palabra, el meteorólogo Dani Ramírez, hombre del tiempo y montañero y, como el profesor Oliva, también de Terrassa, quiso poner énfasis en la voluntad del libro de acercar la montaña a las personas y, a la vez, advertir de sus riesgos. “Hoy existe la «moda Decathlon» –explicaba–, por la que mucha gente se atreve a hacer cimas, pero son poco prudentes, y se está producido lo que podríamos llamar el «efecto Kilian Jornet», por el cual la gente hoy se pone en situaciones muy límite en la montaña”.

Durante el acto, la secretaria de la Junta Directiva del CEC, Pepa Igartua, tuvo un recuerdo especial a otro meteorólogo de Televisió de Catalunya, Toni Nadal, que murió precisamente haciendo montañismo.

El libro ha sido editado por Librooks y prologado por Edurne Pasaban, la primera mujer en subir catorce ochomiles de todo el mundo.

Héctor Oliva, autor, también, de Pasajes a América y Veinte historias de la Barcelona americana y una pregunta descarada, cerró el acto reivindicando la montaña como un lugar “sólido, estático, tranquilo y pausado, lejano a nuestro hábitat habitual que se caracteriza por el ritmo frenético, las relaciones frías y el excesivo individualismo”.