27/06/2014

Historia y leyenda del Santo Grial: de Tierra Santa a Valencia

La Síndone de Turín y el Sudario de Oviedo. Faltaba una tercera conferencia organizada por Alumni para cerrar el ciclo de conferencias de las tres grandes reliquias entorno a Jesús de Nazaret: el Santo Cáliz. El profesor de la Universidad de Valencia Jorge Manuel Rodríguez Almenar volvió a estar en la UIC, el pasado 23 de mayo, para hablarnos de la leyenda y la realidad que encierra esta venerada reliquia valenciana.

Rodríguez Almenar, fundador y
presidente del Centro Español de Sindonología (CES), hizo un repaso a la
historia de cómo llegó a Valencia lo que se considera como el “muy probable
cáliz que usó Jesús en la Última Cena”, antes de su crucifixión y muerte. Y lo
hizo con la autoridad del científico que ha dedicado horas de estudio al tema.

La historia de la investigación
se remonta tan solo al año 1959, cuando el entonces arzobispo de la ciudad, D.
Marcelino Olaechea, llamó al catedrático en Arqueología Antonio Beltrán para
que diera una conferencia sobre la reliquia. El “no” del profesor Beltrán fue
rotundo: no había estudiado el tema y, además, no pensaba que fuera auténtica.
Olaechea, sin embargo, no sólo no se amedrentó por la negativa sino que le dijo
que él tampoco pensaba que fuera cierta y que, por eso, quería que lo
investigara; es más, siguió “si comprobamos que no es auténtica, lo decimos y
ya está”. Ante la honestidad científica del arzobispo, Beltrán —poco creyente— aceptó
el reto, y cuál no fue su sorpresa al advertir que todas las investigaciones
arqueológicas le llevaban a un mismo punto: sólo podía ser de entre el segundo
siglo antes de Cristo y el primero después de Cristo.

En realidad, lo que hoy se
conoce como el Santo Grial está formado por tres piezas de épocas distintas. El
propio grial, de piedra casi transparente, fechado en esa época; la base, de un
material parecido; y el asa, de oro perfectamente pulido, que podría ser de
entorno al s. XII. Son las partes que se han ido añadiendo para enriquecer lo
que se ha considerado —a lo largo de los siglos— como una auténtica reliquia.

¿Es, todo esto, motivo para
pensar que estamos ante el verdadero Santo Cáliz? No. Pero, en palabras del
profesor Rodríguez Almenar, “podría serlo perfectamente”. ¿Cuál es el
testimonio histórico más directo? “Los Evangelios —dice Almenar: son los
escritos mejor documentados de toda la historia de la humanidad”. Hoy en día,
no existe ningún otro documento escrito que se conserve de esa época. Del de san
Juan, por ejemplo, tenemos una versión completa del 120 d.C., poco después de
cuando fue escrito; ¿cómo vamos a negar la historicidad de algo que se ha
conservado igual desde entonces?”, se preguntaba el sindonólogo.

El lugar del Cenáculo, la
época, el recorrido del cáliz hasta llegar a Huesca y Valencia... Todo se puede
conocer si uno lee bien lo que demuestra la ciencia. “¡No podía ser de madera,
como decía Indiana Jones!”, afirmaba el profesor valenciano. “La madera no era
un material puro: los judíos purificaban todos los vasos y platos, lo cuenta el
mismo Jesús”; por ello, usaban un material muy preciado, parecido al alabastro.
“Es absurdo decir que, porque era carpintero, el cáliz debía ser de madera”.
Entre otras cosas, porque, además, Jesús llevaba tres años sin trabajar de
carpintero.

Jorge Manuel Rodríguez Almenar
es, por tanto, un científico que busca datos objetivos. Es lo que quiso
transmitir en su conferencia. Y tenía muy claro un punto fundamental: “para
estudiar el Santo Cáliz —como las demás reliquias de Jesús de Nazaret— hay que
eliminar prejuicios de cualquier tipo. Hay mucha gente que habla y juzga sin
tener ni idea”, afirmó.