El pasado 11 de febrero, UIC Barcelona se unió a la celebración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia con diferentes actividades virtuales durante todo el día. La primera de ellas fue la sesión en línea “Mujeres científicas, ¿cómo se ha producido el cambio?”, planteada y desarrollada por la Unidad de Igualdad de UIC Barcelona.
El acto, que contó con la participación telemática de una treintena de asistentes, giró en torno a los cambios que, en los últimos cuarenta años, se han incorporado en el mundo de la ciencia y también en lo que respecta a la visibilidad de las mujeres científicas.
Las dos ponentes, Mara Dierssen, neurobióloga, coordinadora del grupo de Fenotipación Neuroconductual del Centro de Regulación Genómica (CRG), y Mònica Roca, ingeniera, vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona y directora del grupo isardSAT, abordaron también el motivo por el que todavía las niñas no eligen estas carreras y los modos de alcanzar la paridad. Educación familiar, referentes en las escuela y autoconfianza fueron los temas más recurrentes en una sesión que no olvidó tratar la maternidad y su relación con la promoción y el avance profesional femenino en este ámbito.
La sesión fue moderada por la responsable de la Unidad de Igualdad, Consuelo León, que confrontó la visión de dos generaciones de científicas y emprendedoras: Mara Dierssen se declaró una apasionada de la ciencia: “Siempre me ha gustado no solo saber, sino comprender y, como todas las personas que se han dedicado a la investigación, canalizo mi entusiasmo cada día en conocer cosas nuevas”. Respecto a su trayectoria vital, esta madre de familia numerosa reconoce que su carrera ha estado compuesta por altibajos, “porque la realidad es que las mujeres nos encontramos con muchos más obstáculos que los hombres en el sector de la ciencia y la tecnología”.
Factores como la dificultad para conciliar la vida laboral con la personal, la falta de referentes en el sector de la ciencia y la tecnología, el desequilibrio salarial y las pocas oportunidades de progreso profesional y liderazgo, en comparación con los hombres, son algunas otras de las razones que, según Mara Dierssen, “hacen que las mujeres científicas tengan finalmente menos proyección que los hombres en la investigación científica”.
Por su parte, Mònica Roca, ingeniera, investigadora y emprendedora —su empresa IsardSAT se dedica a altimetría y cuenta ya con cuarenta empleados— manifestó que desde muy pequeña quería ser astronauta y su pasión por el espacio la llevó a graduarse en una ingeniería que, más adelante, le sirvió para obtener una beca en la Agencia Espacial Europea (ESA), en los Países Bajos, donde trabajó diez años de su vida.
Su experiencia en el ámbito de proyectos de teledetección —recogida de información— a través de satélites, o como lo indica ella “en el espacio”, ha hecho que Roca experimentara la dificultad para la mujer en este sector tecnológico. “El mundo del espacio y el papel de la mujer en él es minoritario”, afirma la ponente, y en gran parte lo es a causa de la sociedad, que “hace jugar un papel a las niñas y otro a los niños”. Esta situación, con el paso de los años, hace que “el espacio sea un lugar donde una adolescente ni se plantea llegar”, destaca Roca.
Pese a sus trayectorias profesionales tan diversas, ambas ponentes coincidieron en que la sociedad tiene todavía muchos prejuicios y estereotipos que dificultan las vocaciones científicas femeninas y la elección de carrera en estos ámbitos por parte de las mujeres. También influye la falta de referentes en este sector y que apenas se dan a conocer mujeres científicas y expertas, de tal manera que las niñas no tienen modelos femeninos en los que reflejarse.
Otro aspecto fundamental abordado en el seminario fue la falta de confianza en el hecho de que es posible lograr desarrollar carreras científicas por parte de muchas niñas o adolescentes. En este sentido, ambas conferenciantes coincidieron en que la solución a este tema pasa por la educación, tanto en la escuela como en el ámbito familiar, que fomente una perspectiva más igualitaria y no ponga obstáculos a las jóvenes. En esta “carrera de fondo” no se trata de forzar a las niñas a estudiar ciencias y adentrarse en el mundo de la investigación, sino de descubrir talento, estimular para que florezca y dar apoyo para que puedan crecer con éxito en este sector.
La sesión suscitó el debate entre los asistentes al seminario virtual y muchos de ellos lanzaron preguntas a las ponentes y originaron así un espacio de diálogo sobre la situación de la mujer y la niña en la ciencia, la educación y en la sociedad en general.
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