El libro propone una revisión del eclecticismo y el historicismo, dos corrientes artísticas del siglo XIX que durante mucho tiempo han sido infravaloradas y rechazadas. La autora se centra en la figura del arquitecto August Font i Carreras (1845-1924) como modelo de arquitecto ecléctico que trabajó en Barcelona, Tarragona, Vilafranca del Penedès, Tortosa y Zaragoza.

August Font fue defensor del uso del hierro en la arquitectura contemporánea, uno de los primeros ocho profesores que tuvo la Escuela de Arquitectura, académico de tres academias y miembro de la Asociación de Arquitectos de Cataluña, de la que llegó a ser presidente.

Su obra más conocida es la fachada y el cimborrio de la catedral de Barcelona. Otras de sus obras también conocidas en Barcelona son el Palacio de las Bellas Artes para la Exposición de 1888, el Palau de les Heures, la Maison Dorée o la plaza de toros Las Arenas.