12/01/2021

La edad avanzada supone un factor de protección contra la pérdida de dignidad al final de la vida

Esta es la principal conclusión del estudio liderado por investigadores de la Cátedra WeCare, y que ha analizado el sentido de la dignidad y el deseo de acelerar la muerte entre pacientes con cáncer avanzado a partir del impacto de la edad

En una investigación previa realizada en 2016, desde la Cátedra WeCare se realizó un estudio para conocer los pensamientos y sentimientos sobre la vida y la muerte de los pacientes al final de la vida debido a un cáncer avanzado. Entre las áreas estudiadas estaba el sentido de la dignidad, definido por valores personales basados en cómo nos vemos a nosotros mismos o cómo nos ven los demás. La edad avanzada y la enfermedad potencialmente mortal suelen coincidir, pero hasta la fecha se desconocía cómo el sentido de la dignidad puede influir en el deseo de acelerar la muerte en este grupo de pacientes.

Con esta premisa, las investigadoras Denise Pergolizzi e Iris Crespo han liderado un estudio que ha revelado cómo la vejez es un factor de protección para el sentido de la dignidad en el contexto de la enfermedad en fase avanzada. Bajo el título “Older age: a protective factor against perceived dignity-related distress in patients with advanced cancer?”, el estudio publicado recientemente en la revista Journal of Pain and Sympton Management analizó el sentido de la dignidad y el deseo de adelantar la muerte en dos grupos de pacientes con cáncer avanzado, uno formado por menores de 65 años y otro formado por mayores de 65 años. El objetivo principal era examinar cómo la edad y el sentido de la dignidad influyen en el deseo de acelerar la muerte en pacientes con esta enfermedad.

“Los resultados obtenidos revelan un importante mensaje para todos ya que, a pesar de las asociaciones negativas de la edad avanzada como riesgo de enfermedad, discapacidad, deterioro mental o fragilidad, los pacientes de más edad mostraron una menor pérdida de dignidad percibida en comparación con los pacientes más jóvenes”, aseguran las investigadoras. “En el contexto de la enfermedad avanzada, una mayor experiencia vital se convierte en un factor de protección ya que conlleva más recursos para afrontar la situación y adaptar nuestros valores a lo que realmente importa en la etapa final de la vida”.

Por último, el estudio también revela cómo la edad avanzada y la pérdida de dignidad percibida influyen sutilmente en el deseo de adelantar la muerte solo cuando se consideraron los aspectos relacionados con el funcionamiento físico. “En este sentido, podemos prevenir una pérdida de dignidad percibida si los profesionales sanitarios adaptan más la atención a las pérdidas físicas a medida que envejecemos”, concluyen las autoras.