27/06/2014

La información y la formación del usuario, claves para ahorrar energía en la arquitectura

Durante la mañana de ayer jueves, empresarios, arquitectos y académicos se reunieron en una jornada organizada por la Cátedra de Edificación Industrializada y Medio Ambiente (CEIM) de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UIC (ESARQ-UIC) para hablar sobre el presente de los edificios sostenibles y hacia dónde va este sector, cada vez más emergente.

Ante cerca de un centenar de asistentes –muchos de ellos arquitectos–, la jornada fue presentada por el director de la Cátedra CEIM, Felipe Pich-Aguilera, que destacó la importancia de este tipo de encuentros para aunar fuerzas entre universidades y empresas a la hora de mejorar el día a día de cada ciudadano. “Uno de los objetivos de la cátedra –se resumía en el programa de la jornada– es enlazar, en el ámbito académico, la realidad con el sector de la edificación. La sostenibilidad y la industrialización son conceptos que casi nunca están presentes en las escuelas de arquitectura y creemos que esta jornada representa los valores que defendemos a través de la investigación e innovación, teniendo en cuenta la dificultad que existe para innovar elementos o sistemas constructivos”.

“Máximo confort, mínimo consumo: nuevas estrategias arquitectónicas para edificios de servicios” era el título de este encuentro que levantó el interés de, sobre todo, arquitectos de Barcelona. Y los números que salieron a la palestra eran muy claros y alentadores: los edificios sostenibles han llegado a ahorrar el 15, el 30 o un porcentaje más elevado en consumo de energía.

Dividida en tres mesas redondas, los distintos ponentes –representantes de las empresas Cofely, Agbar, Somfy, Simon, Cricursa, Rockwool, Lamp y Aiguasol; y académicos de la UIC, la UPC y la Universidad de Valladolid– hablaron sobre la concienciación del usuario y sobre la tecnología usada y algunos expusieron casos concretos aplicados a la realidad. Todos ellos estuvieron de acuerdo en afirmar que el consumo cero es como el “santo grial” de la arquitectura, pero sin olvidar el máximo confort. Todo este sector ha trabajado sobre todo en edificios de empresas y oficinas, pero “poco a poco estamos adaptándonos –comentó Isabel Tejero, de Cofely– al sector residencial”.

No obstante, una de las grandes bazas respecto a los edificios sostenibles es la poca inmersión que ha tenido el usuario de a pie en él. “El consumidor –afirmó Mónica Fernández, investigadora de la Facultad de Educación de la UIC– muchas veces no es capaz de seguir este procedimiento por falta de información”. Información y formación. Para ello, decía esta profesora, “la educación superior tiene un papel absolutamente clave para la formación en todos estos aspectos, ya que se educa a los profesionales del futuro y el efecto multiplicador, fruto de lo que puedan aprender ahora, es muy importante”. Sin embargo, concluyó, el papel de los gobiernos en este aspecto es clave.

En esta línea, Albert Cuchi, doctor arquitecto de la UPC, comparó la situación actual con las carreras de coches: “Hoy –dijo–, las leyes nos piden tener edificios casi cero en gastos energéticos. Esto implica pasar de andar en patinete a andar en F1, cosa nada sencilla”. “Pediría a las administraciones –reclamó en otro momento Tejero– que realmente impulsen la formación en eficiencia energética y que prediquen con el ejemplo. Ellos no están impulsando bien el modelo de edificios energéticos porque sus edificios no lo son y no dan ejemplo. Si fuera así, tendríamos una situación mejor”.

Con esta y otras muchas actividades que va realizando, la Cátedra CEIM pretende poner en marcha a todos los agentes –profesores, empresas y estudiantes– formando parte de un mismo impulso. En este sentido, por ejemplo, la cátedra, patrocinada por Rockwool y Pich-Aguilera Arquitectos, lleva tres ediciones entregando los Premios CEIM a los alumnos de la ESARQ-UIC que presenten un buen proyecto sostenible. Concretamente, en esta tercera edición, los alumnos tenían que proponer una rehabilitación energética de los edificios de la Facultad de Educación del Campus Barcelona de la UIC.

La cátedra nació con el impulso del Dr. Felipe Pich-Aguilera, y cuenta actualmente con el apoyo de dos empresas colaboradoras, Rockwool y Pich-Aguilera Arquitectos. La voluntad de la UIC, atendiendo a las necesidades del mercado, era crear una cátedra que permitiera cooperar en un área científico-tecnológica más amplia que la que pueda establecerse en un proyecto de I+D, con tres ámbitos claros de actuación: la formación, la generación de conocimiento y la transferencia de tecnología y conocimiento. Por ello, a lo largo del curso académico se desarrollan tanto actividades de formación, como de investigación y divulgación. La Cátedra CEIM tiene por objeto establecer vías de colaboración y de desarrollo conjunto entre la UIC y las distintas empresas y entidades del sector de la edificación para obtener un resultado significativo en la sostenibilidad y respeto al medio ambiente.