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«La mayoría de las enfermedades mentales son multicausales y la infancia y la adolescencia son un período clave para detectarlas»
Más de un centenar de docentes y responsables de fundaciones y asociaciones juveniles han participado en el primer simposio internacional “Cuidado y negligencia en el entorno familiar. Impacto en el desarrollo infantil”, organizado por el Instituto de Estudios Superiores de la Familia de UIC Barcelona en el marco del Aula de Políticas Familiares Joaquim Molins Figueras.
El papel de las políticas públicas fue tratado por ponentes nacionales e internacionales como Annie Bernier, profesora de la Universidad de Montreal (Canadá), que expuso su tesis sobre la educación de los hijos, el desarrollo del cerebro y cómo este afecta a sus funciones ejecutivas. Por su parte, la profesora Danya Glaser, del University College de Londres, habló sobre el abuso y la negligencia de menores y qué intervenciones educativas son posibles para evitarlas.
La profesora Anna Carballo, de la Universitat de Vic (UVic) - Universitat Central de Catalunya (UCC), afirmó en una mesa redonda que “el estrés comienza en el cerebro y estimula una respuesta que nos facilita la supervivencia. Es un sistema de alarma que nos hace sobrevivir; es innato”, al tratarse de una respuesta adaptativa que en sí no es mala. El estrés se ha demonizado, pero hay uno positivo, el de afrontar retos. “Hay que tolerarlo porque ayuda al niño y al adolescente a tener autonomía y autoestima”, declaró. “El problema se presenta cuando el estrés es continuo, porque produce un efecto tóxico en el sistema endocrino. Y esto en un cerebro en desarrollo es muy peligroso”, concluyó.
En la mesa redonda también intervino Monsterrat Dolz, jefa del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Sant Joan de Déu, que aseguró que según la OMS, la depresión es la primera causa de discapacidad en el mundo. “La mayoría de las enfermedades mentales son multicausales y la infancia y la adolescencia son un período clave para detectarlas”, afirmó. Por otro lado, Ricard Calvo, director general de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) de la Generalitat, aportó datos de la situación en Cataluña y, teniendo en cuenta que el adolescente busca constantemente referentes, alentó a los docentes a que ellos lo fueran para sus alumnos.
Algunas de las conclusiones a las que se llegó durante el simposio fueron que la personalidad se gesta en la infancia. En esta etapa es clave la calidad del cuidado parental de cara a la prevención de disfunciones futuras. Los problemas mentales, de salud, aprendizaje y socialización de los niños requieren un trabajo conjunto del sector educativo, sanitario y familiar-asociativo para desarrollar políticas de intervención integrales.
Por otra parte también se dedujo que la afección maternoinfantil requiere tiempo y atención. Hay aspectos distorsionadores como el estrés, la escasez de tiempo y la falta de conciliación trabajo y familia que inciden gravemente en la seguridad del menor y en problemas cognitivos futuros. Además, la parentalidad requiere límites, referencias claras, estimulación, interés y ayuda en la resolución de conflictos. La violencia intrafamiliar es el principal freno a este contexto en que se desarrolla el verdadero amor paternofilial.
Finalmente se concluyó que el desarrollo de la atención es una de las facultades ejecutivas más importantes para la maduración de la personalidad, la salud futura y la predicción de éxito y satisfacción vital de una persona. Diversos estudios demuestran que no es una facultad innata, sino adquirida, y en este sentido su aprendizaje y entrenamiento depende en gran medida del tipo de hogar, convivencia e interacción que se produzcan en la familia.