En uno de los años académicos más atípicos que se recuerdan, Edu Prats decidió que estudiaría en Roma durante el primer semestre de su cuarto y último año del Grado en Publicidad y Relaciones Públicas gracias al programa Erasmus. Finalmente, la pandemia atrasó unos meses su aterrizaje en la capital italiana, donde llegó el 1 de febrero y estará hasta el mes de junio, momento en el cual volverá a Barcelona para graduarse con el resto de sus compañeros.
Desde el primer momento, el joven de Sant Cugat tuvo claro que Roma era el lugar con el cual quería poner el broche a sus años de carrera y una vez llegó, lo confirmó: “Las calles, la gente, el clima y la lengua son algunos de los elementos que convierten esta ciudad en excepcional”. De hecho, las restricciones sanitarias le han permitido conocer una ciudad liberada como nunca de visitantes, un hecho que ha aprovechado para disfrutar de los principales museos de la ciudad o simplemente para pasear por el casco antiguo sin tener que esquivar las fotografías de grupo de turistas entusiasmados por inmortalizar su paso por Roma. “Soy consciente de que muchos de los lugares icónicos del centro en circunstancias normales estarían llenos, así que estoy aprovechando para disfrutarlos al máximo”, explica.
Una experiencia Erasmus diferente
El día a día de Edu, además, también transcurre en la Universidad LUMSA, donde cursa los créditos que le faltan para acabar el Grado. Reconoce que el sistema académico italiano es diferente al de aquí sobre todo en cuanto a los exámenes, ya que son “principalmente orales” y ha constatado que el carácter internacional de la ciudad también está presente en la Universidad. Curiosamente, en un principio estuvo viviendo en un piso con gente de países como Gambia, Chipre, Irlanda, India o el Congo, pero hace poco que se mudó y actualmente comparte piso con tres chicos andaluces, una chica valenciana y un caboverdiano. “A pesar de que las clases son presenciales, sabía que por culpa de la COVID-19 no habría mucho ambiente en el campus”, indica el santcugatense, que sí que ha podido vivir la experiencia Erasmus lejos de las aulas. En este sentido, relata que las restricciones “son más suaves que en Cataluña”, de modo que ha podido hacer “cierta vida social para conocer gente de todos los lugares del mundo”.
La experiencia le está yendo tan bien que los días vuelan y todavía no piensa en las dos etapas que tiene que cerrar: el Erasmus y el Grado. “Ahora estoy viviendo sin una rutina marcada, pero sé que cuando vuelva tendré que empezar a encaminar mi futuro profesional”, expone. De hecho, hará las prácticas en septiembre y sueña con acabar trabajando en algo que potencie su creatividad: “Me gustaría llegar a ser director creativo en una agencia y no me importaría dedicarme a la docencia universitaria”, dice. Sin embargo, de momento todavía tiene muchas semanas para disfrutar de la ciudad eterna. Incluso en pandemia, todos los caminos llevan a Roma.
