27/06/2014

Marc Argemí: «El gran valor del futuro del periodismo puede ser la credibilidad»

El profesor de la Facultad de Ciencias de la Comunicación acaba de publicar el libro 'Rumores en guerra. Desinformación, Internet y Periodismo', sobre el uso de los rumores en situaciones de conflicto y momentos de incertidumbre.

Un rumor –como lo define Marc Argemí, profesor de Comunicación– “consiste en una información no contrastada que circula por medios informales y que no va acompañado de lo que tradicionalmente se denomina una oficialidad”. Partiendo de esta definición, hace unos años, Argemí comenzó a investigar sobre la credibilidad de los rumores y las noticias, especialmente durante la II Guerra Mundial, en archivos de Estados Unidos y, sobre todo, del Reino Unido, donde, al parecer, había una auténtica “fábrica de rumores” para contrarrestar el ataque enemigo.

“En el libro –explica Argemí– recupero una buena parte de documentos inéditos de los archivos británicos para ver cómo los fabricantes de rumores se las ingeniaban para ponerlos en circulación”. Era una manera de descolocar al enemigo: “La desinformación o la sobreinformación ejercía un poder muy grande en el control de la prensa, mucho más que la censura; y la II Guerra Mundial lo demuestra”. Concretamente, el libro muestra que el gobierno británico planificó la distribución de más de 8.000 rumores.

Lo que hoy es un ensayo que, por todo lo que cuenta, podría considerarse una novela de espías, nació como una tesis sobre la rumorología, dirigida por el profesor Salvador Cardús, de la Universitat Autònoma de Barcelona. De hecho, en la presentación del libro, tanto él como el periodista Arturo San Agustín coincidieron en destacar que, de esta tesis, podrían salir un par de ensayos más.

En Rumores en guerra, el autor habla de la importancia de tener en cuenta este tipo de información, ya que el periodismo difícilmente puede superar el rumor en velocidad. Por ello, explica Argemí, “el periodista se convierte en un verificador: el rumor no tiene por qué ser mentira, pero es necesario que sea verificado”. Condiciones de incertidumbre general, de angustia personal, la importancia de una cuestión, un contexto de sobreinformación o falta de información, de falta de transparencia, de ausencia de fuentes oficiales, etc., pueden ser los motivos que den pie a los rumores, y muchos están a la orden del día: “Las redes sociales –explica el profesor Argemí– reúnen buena parte de estas condiciones a la hora de crear rumores”. Por esto, habla de Internet como de “la república del rumor”.

Ante este hecho, aseguraba el periodista en una de las muchas entrevistas que ha concedido: “El periodismo tiene más futuro ahora que nunca como verificador de rumores. A la larga, el negocio del periodismo puede continuar residiendo en la credibilidad, pero los medios han de merecerla. No se debe competir con el rumor en velocidad, sino en credibilidad. Este puede ser el gran valor del futuro del periodismo”.