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Miguel Gárriz: "Los casos de estrés y ansiedad están aumentando a raíz de la Covid-19"
Sin lugar a dudas, la crisis del coronavirus nos ha aportado nuevos métodos para continuar haciendo nuestro trabajo de la forma más normalizada posible, como es el teletrabajo. Sin embargo, ¿cómo han influido estos nuevos métodos en nuestro bienestar psicológico? Miguel Gárriz nos lo explica en esta entrevista.
Ante las nuevas restricciones, son muchas las empresas que están fomentando de nuevo el teletrabajo para reducir la movilidad de sus trabajadores. La mayoría de ellas lo llevan aplicando desde que empezó la pandemia. ¿Cómo está afectando esta situación a los trabajadores?
En primer lugar, es difícil generalizar, pues hay diferentes factores que influyen en cómo puede estar afectando esta situación a diferentes personas o colectivos. Factores sociofamiliares, o ligados al tipo de trabajo, sus condiciones o el soporte recibido para el teletrabajo son determinantes a la hora de explicar los niveles de estrés sufridos. Por ejemplo, dos factores como la presencia de pequeños en casa o la falta de experiencia y preparación para el teletrabajo en las empresas han sido determinantes a la hora de explicar el estrés que han sufrido muchas personas en relación con el teletrabajo. Sin embargo, pese a la variabilidad existente, sabemos por diferentes estudios realizados antes de la pandemia y durante que en general el trabajo desde casa supone un factor de riesgo para el estrés y el desgate del trabajador. El conflicto de roles que supone trabajar en casa a menudo deriva en una sobrecarga y en la dificultad para ejercer estos roles adecuadamente. Lo que unido a la ausencia de contacto social provoca una mayor presencia de alteraciones emocionales.
¿Han aumentado los casos de estrés o ansiedad desde que las personas hacen más teletrabajo o han disminuido?
En una situación tan difícil y compleja como la actual, donde el teletrabajo es solo uno de los cambios que han ocurrido para muchas personas, es difícil afirmar cuales son las causas o los efectos de los fenómenos que estamos observando estos meses. Por un lado, empezamos a observar lo que era previsible, que la salud mental de la población se está deteriorando y aumentan los casos de estrés o ansiedad, entre otros problemas. Y sabemos por los estudios y por los testimonios de muchos pacientes que el teletrabajo es probablemente uno de los factores implicados en este incremento del estrés. Sin embargo, no tenemos datos (y es posible que no los lleguemos a tener) para establecer de modo general la influencia del teletrabajo en el aumento de los casos de estrés y ansiedad.
¿Qué consejos darías a las personas que hacen teletrabajo y están todo el día en casa sin relacionarse con sus compañeros?
Al tratarse de una situación en la que es más fácil sufrir estrés, la recomendación lógica sería cuidarse más. Y ello lo podríamos hacer siguiendo los consejos y recomendaciones que hemos venido escuchando desde el inicio de esta pandemia: mantener y cuidar los vínculos y contacto social en la forma que la situación externa y personal nos permitan en cada momento, alimentarse bien, hacer deporte, cuidar los horarios, evitar sustancias tóxicas, practicar meditación o yoga, etc.
Así como en el ámbito laboral se ha recurrido al teletrabajo, en el ámbito educativo y en especial el universitario, se ha recurrido a las clases en línea. ¿Cómo crees que está afectando a los jóvenes?
Creo que el sentimiento mayoritario en relación con las clases en línea es de frustración. Dentro de poco va a hacer ya casi un año en el que la mayor parte de la docencia universitaria ha sido en línea y es probable que aún se alargue más tiempo, por lo que la mayoría sienten que un periodo demasiado largo de sus estudios está desarrollándose de un modo que no era el que deseaban. Creo que es especialmente difícil en los alumnos de primeros cursos, que apenas han podido conocer la vida universitaria que imaginaban, y para muchos de ellos la experiencia universitaria está siendo demasiado solitaria. Entre mis pacientes universitarios o mis alumnos he podido observar en muchos casos enfado e incomprensión también. La presencialidad no solo implica una cierta manera de recibir las clases, sino que es una fuente de socialización fundamental en esas edades. Sobre el impacto que está teniendo en los jóvenes, al igual que ocurría con el teletrabajo, es difícil separar el efecto de las clases en línea del resto de factores que están afectando a los universitarios. Por diferentes estudios y por lo que vemos en la consulta, sabemos que la pandemia está teniendo un impacto significativo en su salud mental. Este impacto era esperable si tenemos en cuenta que en la población universitaria los problemas de salud mental son habituales, y la pandemia está imponiendo algunas de las mayores restricciones no solo en la manera en la que reciben las clases sino en su estilo de vida.
Como profesional de Support - Clínica Universitaria de Psicología y Psiquiatría, ¿has notado un incremento de visitas a raíz de la pandemia?
Es difícil responderte a esta pregunta en términos comparativos pues somos una clínica joven y no tenemos un histórico que facilite la comparación, y existen otros factores que podrían explicar las variaciones. Quizás sí que hemos observado en los últimos meses de manera clara un incremento en las consultas en la población infantojuvenil, del mismo modo que se está observando en los servicios públicos. En población adulta, este incremento está siendo quizás más lento y suponemos que lo iremos observando con mayor claridad en los próximos meses. La sensación que tenemos muchos profesionales es que, por diferentes motivos relacionados con la situación actual, en estos momentos la petición de ayuda se está retrasando en muchas personas. Y, sin embargo, sabemos que cuanto antes se recibe ayuda más efectiva es. En este sentido, mi recomendación es que ante la duda de si se tiene algún problema que pueda requerir tratamiento, se consulte con un profesional de la salud mental o con el médico de familia.