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Miquel Lacasta, Premio Nacional de Urbanismo 2021: ‘Los trabajos deberían tener duchas y espacio para bicicletas’
El profesor de UIC Barcelona School of Architecture y Premio Nacional de Urbanismo 2021 por el proyecto de la Agrociudad Gagarine Truillot en Ivry-sur-Seine del estudio Archikubik, Miquel Lacasta i Codorniu, ha afirmado que todos los puestos de trabajo deberían estar provistos de duchas y de lugares para aparcar las bicicletas. Coincidiendo con el Día Mundial del Urbanismo, que se celebra hoy, 8 de noviembre, Lacasta ha recordado que “en Barcelona la meteorología es excepcional y es todavía alucinante que no se haga un uso aún más intensivo de las bicicletas”.
El especialista en urbanismo ha apostado por reverdecer las ciudades de manera radical y que la cota horizontal de la ciudad esté siempre plantada, ya sea la calle o los terrados. “Con eso casi desaparecería el efecto isla de calor, retendríamos mejor el agua y generaríamos mucho oxígeno”, ha sentenciado.
Las ciudades, en su opinión, “son la clave del futuro o pueden ser la clave del fracaso” porque “ocupan tan solo el 2 % del planeta, pero consumen el 75 % de la energía y emiten el 70 % de C02. El experto cree que, si toda la ciudad es más verde, más cercana, más dotada de servicios y, por tanto, más accesible a pie o en bicicleta “dejaremos de hablar de barrios privilegiados”. “La emergencia climática es la gran oportunidad para ecualizar el diseño de las ciudades y no solamente aumentar la calidad de las zonas menos favorecidas, sino de abolir privilegios contaminantes en las zonas más favorecidas”, ha añadido.
El profesor de UIC School of Architecture señala que las superislas pueden ser clave, ya que a su juicio “se trata del caso de urbanismo avanzado más potente del mundo, junto con el concepto de la ciudad de los 15 minutos, que la pandemia ha revalidado”.
Lacasta considera que las ciudades deben diseñarse bajo muchas perspectivas, y una fundamental es la de género. “Las calles mal iluminadas y peligrosas, los callejones del miedo, los portales retranqueados, son aspectos importantes para dar seguridad. También a los adolescentes, a los niños, a las personas mayores”, ha destacado. El profesor de UIC Barcelona ha recordado que para llevar a cabo el proyecto de la Agrociudad Gagarine Truillot en Ivry-sur-Seine, galardonado en julio con el Premio Nacional de Urbanismo otorgado por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España al estudio Archikubik, fue necesario “estar casi seis meses sentados cara a cara con asociaciones, vecinos, colectivos, con talleres de adolescentes, personas mayores, niños y colectivos de mujeres, por supuesto”.
El experto considera que hoy el territorio del urbanismo ya no es la ciudad, sino el planeta. “El urbanismo ya no debe rendir cuentas a la sociedad, sino al ecosistema, es decir, a los humanos, pero también a todo aquello que no es inerte, los árboles, las verduras, los mamíferos, los insectos, etcétera. El ámbito del urbanismo y de la arquitectura se ha ampliado a todos los límites posibles. Ya no construimos en un barrio, desde un barrio estamos construyendo en el planeta”, concluye Lacasta.