La jornada práctica, que organiza el Área de Penal de la Facultad de Derecho, se engloba dentro de la actividad académica de cada uno de los tres módulos que los alumnos deben superar durante el Grado.

Su funcionamiento es sencillo: los profesores convocan a los alumnos en un aula a las nueve de la mañana y, una vez allí, les exponen un caso que deberán resolver, por equipos, en clave de defensa o acusación. A partir de este momento, los alumnos disponen de unas seis u ocho horas para preparar su argumentación sobre la base del derecho y deben, finalmente, plasmarla en un documento, el dictamen, y exponerla ante los profesores titulares de la asignatura.

El modo en que cada equipo organiza las tareas y elabora su argumentación es del todo libre e independiente. Los equipos cuentan con espacios reservados, en la Universidad, en los que poder trabajar y debatir, que usan como despachos y que les permiten mantener en secreto su estrategia hasta el momento de la vista oral.

Finalmente, por sorteo, un grupo defensor y otro de la acusación terminan exponiendo sus argumentos y contraargumentos en la Sala de Vistas de la Facultad, donde los profesores actúan como jueces o magistrados.

Esta actividad, más allá de ser un gran ejercicio de asimilación de los conceptos que se van adquiriendo a lo largo de la asignatura, trata de acercar la realidad de los despachos jurídicos a los alumnos. En su vida profesional se les va a exponer los casos y, rápidamente, se les va a exigir que preparen la defensa de los intereses de sus representados.

Este ejercicio práctico, así como el hecho de disponer de la Sala de Vistas, es un elemento diferenciador más de UIC Barcelona con respecto a otras facultades de Derecho catalanas y proporciona a los alumnos un bagaje que los distingue en el mercado laboral.