15/12/2015

Piezas ganadoras en el concurso de la Cátedra Cerámica de Barcelona

El pasado martes, 1 de diciembre, los alumnos Eduardo Pérez, Sònia Gómez y Juan Torres ganaron la duodécima edición de la Cátedra Cerámica ASCER de la School of Architecture de UIC Barcelona.

Este año, el curso “Innovación y diseño con materiales cerámicos” ha apostado por una línea más profesional en términos de investigación aplicada a la arquitectura. Los alumnos han trabajado bajo unas líneas de investigación ya definidas y han contado con el soporte de un experto en patentes y modelos de utilidad. El objetivo del curso es acabar protegiendo intelectualmente aquellas piezas que presenten un interés constructivo, arquitectónico y comercial. Este nuevo formato permite al alumno ser coautor de un artículo sobre su pieza en una revista especializada o participar en un proyecto de investigación. 

Los alumnos defendieron uno a uno las piezas cerámicas que han trabajado a lo largo de todo el trimestre. El jurado estuvo compuesto por Juan Domingo Santos, Dr. arquitecto de la Universidad de Granada; Pilar Vélez, directora del Museo del Diseño de Barcelona - DHUB; Jordi Riba, arquitecto de la oficina de patentes Torner Juncosa, y la arquitecta Clara Vicedo en representación de ASCER, impulsora de la Red de Cátedras Cerámicas.

Piezas ganadoras:

El jurado otorga los tres premios Cátedra Cerámica 2015 a los siguientes trabajos:

1. Categoría de pieza por extrusión con función estructural

Pieza Encofrado perdido M, de Eduardo Pérez Monreal.

Recuerda la tradición de construir en cerámica añadiendo valores funcionales y estéticos.

2. Categoría de pieza por prensado

Pieza Al-Remate, de Sònia Gómez Ruiz.

Por su habilidad detectando un problema habitual y ofreciendo una solución simple. Una concepción sencilla y versátil que soluciona un problema complejo como las manchas de las fachadas.

3. Categoría de pieza por extrusión con función de revestimiento

Pieza Agrowall, de Juan Torres Martínez.

Por saber reinterpretar un elemento clásico y transportarlo a escala urbana. Una maceta privada se convierte en un macetero urbano. Se valoran los detalles muy cuidados: el borde, los clips de fijación, la esquina, etc.