1. La COVID-19 ha acelerado el cambio de paradigma social, económico y cultural. En términos generales, ¿qué retos afronta el sector educativo en este contexto?
Hace unos meses, en nuestra universidad, investimos doctora honoris causa a Verónica Boix-Mansilla, profesora en Harvard y considerada una de las mayores expertas en competencia global y educación interdisciplinaria. Ella sostiene que vivimos en un mundo global e interconectado que afronta retos importantes como el cambio climático y las migraciones. Lógicamente, estos fenómenos están afectando a la escuela. 

En esta línea, yo señalaría tres retos principales en el ámbito educativo. El primero, la digitalización, que la pandemia ha evidenciado como algo fundamental. El segundo, la globalización, que en Cataluña se traduce, por ejemplo, en la necesidad de acoger e integrar la inmigración en las aulas. Y, por último, señalaría la inclusión, es decir, la exigencia que, como profesores, tenemos a la hora de desarrollar las habilidades y potencialidades de cada alumno, independientemente de sus capacidades, para que pueda emerger su mejor versión.

2. ¿La oferta universitaria actual en el ámbito educativo contempla estas transformaciones profundas de la sociedad?
En nuestro caso específico, siempre nos hemos preocupado porque nuestro currículo académico refleje los cambios sociales. Los planes de estudio de los diferentes grados en Educación que ofrecemos incorporan las nuevas metodologías y la digitalización como un elemento transversal. Desde antes de la pandemia, disponemos de aulas flexibles y dotadas con tecnologías digitales para, por ejemplo, establecer conexiones con universidades en el extranjero. También llevamos años haciendo una apuesta decidida por la internacionalización y, a día de hoy, disponemos de grupos de Educación Infantil y Primaria bilingües, en los que el 70 % de las asignaturas se imparten en inglés por parte de profesores nativos o con nivel de inglés nativo. Los alumnos de esos grupos salen con un nivel C2 de dominio en esta lengua. Y, por supuesto, estamos comprometidos con el desarrollo de una escuela inclusiva, que es una de las grandes apuestas y retos de la escuela catalana. 

3. ¿La educación ha de caminar hacia la interdisciplinaridad?
Sin duda alguna. Nuestra facultad forma parte del campus de salud de UIC Barcelona y esto nos permite compartir sinergias con otras disciplinas como la bioingeniería, la psicología, la medicina, la enfermería o la fisioterapia. Este es un gran valor diferencial, ya que nuestros estudios en Educación incorporan formación relacionada con la robótica, los primeros auxilios, la psicopedagogía o la psicomotricidad. De esta manera, el futuro profesor, además de una visión global, adquiere una visión multidisciplinaria en temas que son fundamentales a la hora de enseñar. 

Además, hemos puesto en marcha un doble grado en Educación y Psicología, pionero en Cataluña, que va más allá de los estudios convencionales de educación. Entender, desde un punto de vista psicológico, qué le pasa a un niño, qué dificultades puede tener y qué potencialidades puede desarrollar, es fundamental a la hora de poder enseñarle. 

Por último, estar presentes en un campus científico, nos permite fomentar las habilidades STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) entre nuestros estudiantes. Esto es algo fundamental a la hora de desarrollar su pasión por la ciencia para poder transmitirla después a sus alumnos y favorecer, también, una mayor equidad entre chicos y chicas en este tipo de disciplinas. 

4. La emergencia climática y el futuro medioambiental del planeta ocupan también un papel central en el debate público. ¿Qué rol ha de jugar el educador en este sentido?
La educación medioambiental es fundamental para poder revertir la crisis climática. Por suerte, cada vez hay más consciencia sobre estos temas, pero la concienciación no es suficiente. Hacen falta unos conocimientos profundos sobre la incidencia que nuestros comportamientos tienen en el entorno ambiental. 

Nuestra facultad es puntera en este sentido y dispone de un grupo de investigación específico que lleva años trabajando en temas relacionados con la sostenibilidad, el cambio climático y el medio ambiente. Además, a inicios de este curso académico, inauguramos un domo geodésico, una infraestructura pionera en el ámbito educativo en España, que está habilitada como aula para impartir clases y talleres didácticos sobre botánica, geología, alimentación saludable y consumo sostenible, entre otros. 

5. ¿Cuál es la importancia de la realización de prácticas en la formación de los futuros profesores?
Las prácticas son fundamentales en cualquier tipo de estudio profesionalizador, como es el caso de la educación. No se entendería que un maestro, al igual que un médico o un enfermero, por poner algunos ejemplos, no hiciese prácticas antes de incorporarse a la profesión. Pero es que, además, para un profesor, la realización de prácticas es fundamental porque tiene que saber cómo y por qué enseña. 

En nuestros estudios de grado hemos incorporado la realización de prácticas en alternancia en segundo y tercer curso, que ayudan a conectar la teoría y la práctica, potencian el nivel de formación de los alumnos y les brinda la reflexión necesaria para poder ofrecer una enseñanza de calidad. 

Además de las prácticas en los centros propios de la Generalitat de Catalunya, nuestros alumnos pueden acogerse a un gran abanico de prácticas en el extranjero y esto les abre muchas puertas en el mercado profesional. Actualmente, más del 90 % de nuestros estudiantes se incorporan al ejercicio de la profesión a los pocos meses de acabar sus estudios. 

6. ¿Qué consejos trasladarías a una persona que esté valorando cursar un grado en Educación?
Lo más importante es que sea consciente del reto que supone estudiar Educación y que tendrá en sus manos la formación de los futuros líderes, que no es cualquier cosa. Es una profesión multidisciplinaria que requiere de muchas habilidades y que es crucial para el desarrollo de nuestra sociedad, tal y como se ha demostrado en la pandemia. 

En Finlandia, que es uno de los países con más peso en los rankings de la OCDE, los mejores alumnos de instituto son los que estudian Educación en la universidad. Y eso explica el éxito de su modelo educativo. Aquí todavía hay una visión errónea que entiende que si no te gusta estudiar la mejor salida es Magisterio. Hay que romper con esta idea, porque ser maestro es una de las profesiones más nobles que existen. El profesor trabaja con las personas más vulnerables de nuestra sociedad, los niños, que son, a su vez, las personas que tienen un mayor potencial de desarrollo. Que un niño llegue a tener éxito en su vida personal y profesional pasa por las manos de un maestro.