La magistrada de un juzgado en primera instancia en Elche, Lorca y Mula (Murcia), Rocío Fons, ha dado un seminario en línea, organizado por la Unidad de Igualdad de UIC Barcelona. La sesión, que tuvo lugar el pasado 29 de noviembre, con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha abordado este problema, en las edades comprendidas entre los 16 y los 24 años.
Tres estudios recientes –la Macroencuesta de violencia contra la mujer (2019) el Informe sobre violencia sexual del Hospital Clínic de Barcelona (2021) y el del Poder Judicial (2021)– plantean la misma cuestión: ¿Qué está pasando en la franja de edad de 16 a 24 años, donde la violencia crece, en vez de disminuir?
Los citados informes coinciden en señalar el crecimiento del control favorecido por el uso intensivo de las redes sociales, el domicilio como lugar de las agresiones y el perfil de los perpetradores: amigos o conocidos. A ello, se une la escasa propensión a denunciar los hechos y las altas secuelas psicológicas sufridas.
Según comentaba Rocío Fons, algo ha fallado en el mensaje: “Supuestamente hacemos más independientes y autónomas a las jóvenes –afirma–, pero los hechos demuestran que no es así. Realmente, ¿saben lo que significa el “no es siempre no”, y cómo llevarlo a la práctica?”. Para la jueza, lo preocupante de estas jóvenes es que no parecen reconocer el lenguaje de la violencia. “Esta situación –asegura– supone un claro retroceso en la lucha por la igualdad de derechos porque falta el primero de todos: el respeto”.
A lo largo de estos dieciséis últimos años, como magistrado juez de un juzgado de primera instancia en Elche, Lorca y Mula (Murcia) Fons ha sido testigo de una clara evolución, hacia peor: “Crecen los delitos violentos perpetrados por jóvenes y, por tanto, también la violencia de género. En muchos casos proceden de familias en las que hay referentes violentos con una fuerte desvinculación familiar. Otras veces se trata simplemente de miembros de pandillas en las que la presión del grupo es determinante. Sin embargo, también están los jóvenes que proceden de familias con un buen nivel educativo y económico en los que parece determinante el influjo en su conducta de las redes sociales, determinados influencers, series y hasta algunas canciones de reguetón”.
Como propuestas se planteó trabajar con los mismos jóvenes ideas para mejorar esta situación, abordar una mejor educación afectivo-sexual en las escuelas y trabajar de modo orgánico el sector sanitario, educativo, judicial y también los medios de comunicación. UIC Barcelona ha impulsado diversas acciones en este sentido desde el año 2018 en el marco del Pacto de Estado contra la Violencia de Género del Gobierno español y en colaboración con el resto de las universidades catalanas.
