13/02/2015

Rupert Shortt: «Unos 200 millones de cristianos en todo el mundo viven bajo amenaza»

El periodista de The Times Literary Supplement, Rupert Shortt, impartió, en la UIC, la conferencia “La persecución de cristianos, una realidad olvidada”. El acto, organizado por la cátedra Ciencia, Cultura y Religión, de la Facultad de Humanidades, busca profundizar en la triste realidad de los conflictos bélicos existentes en todo el mundo.

Rupert Shortt, autor del libro Cristianophobia: a faith under attack –fruto de su investigación viajando por distintos países conflictivos­–, quiso mostrar su inquietud ante la impasividad de tantos gobiernos. “La persecución –dijo– ha empeorado dramáticamente con el cambio de milenio: unos 200 millones de cristianos están ahora bajo amenaza, muchos más que los adeptos de cualquier otro grupo de fe. Es preocupante ver cómo nadie dice nada”.

El acto fue presentado por el también periodista Daniel Arasa –autor de un libro en el que trata este mismo tema, Cristians, entre la persecució i el mobbing–, quien aportó algún dato más a estos números, diciendo que “representan un no poco considerable 10 % de la población cristiana mundial”.

El periodista británico fue haciendo un repaso del acoso directo o indirecto que sufren los cristianos en los distintos países que ha investigado. “No hay apenas un solo país, desde Marruecos a Pakistán en el que los cristianos puedan ejercer su culto sin sufrir persecución o discriminación”, afirmó Shortt. En algunos países como, Turquía, “no son persecuciones directas, pero sí sufren controles continuos. El solo hecho de tener el apelativo de ‘cristiano’ –lo tienen que poner en su carné de identidad– es un impedimento para trabajar en muchos sitios, por ejemplo”.

Shortt también fue muy crítico con las opciones políticas que se han tomado en los últimos años. “Pienso que la invasión de Irak en 2003 fue un error muy serio, y estoy muy convencido del papel occidental en la promoción de este sentimiento en contra del mundo islámico”. Por otro lado, aseguró que “si Obama hubiera hecho algo antes, la cuestión de Siria tal vez estaría solucionada o, por lo menos, moderada; el problema es que ahí no hay nadie que esté dispuesto a gobernar, como sí pasa, por ejemplo, en Ucrania”.

Al hablar del silencio existente en todos estos temas, el periodista de The Times afirmó que “gran parte de los medios de comunicación, europeos especialmente, se dejan influir por el error de identificar una crítica a los musulmanes con el racismo, lo cual es incorrecto por definición; es como decir que el cristianismo es una fe occidental, y nada más lejos de la realidad”. No se trata, tampoco, de una batalla entre buenos y malos, en la que se identifica el Islam como una religión violenta: “ideas equivocadas de este tipo –explicó el ponente–nacen normalmente de la incapacidad de distinguir entre piedad islámica e islamismo como ideología política totalitaria”.

Rupert Shortt cerró su discurso defendiendo la importancia de la religión, cuando se entiende y se vive correctamente: “la religión es buena cuando tiene mucha influencia, no mucho poder. Las personas religiosas, por tanto, tienen que poder opinar: me parece una cosa propia de la democracia”. En este sentido, siguió el periodista, “la convicción basada en la fe ha movilizado a millones de personas que se oponen a regímenes autoritarios, que inauguran transiciones democráticas, que apoyan derechos humanos y que alivian el sufrimiento”.