El Aula Magna de la UIC acogió a los familiares y amigos de una cincuentena de alumnos de Derecho y Criminología en su graduación. Durante el acto, siempre emotivo, el padrino de la promoción, José Luis Martínez, hizo una referencia al significado literal de “padrino”, en el sentido que da acompañamiento y guía a sus “ahijados”, lo que -decía- le “honra y la abruma a la vez”. Es un encargo que quería ejercerlo con la mejor de las maneras posible.

En este sentido, el profesor López-Múñiz quiso ejercer su padrinazgo, dando consejos para el futuro que espera a los nuevos licenciados, animándoles a ser hombres y mujeres que no “caen en el relativismo escéptico que da aliento al positivismo pragmático y utilitarista”, que lejos está del afán humanista que debe tener el buen profesional del Derecho. En este sentido, animaba a ser “mantenerse libres, pero capaces de compromiso con los demás, y procurando descubrir la verdad de las cosas”.

Tras las palabras del padrino, los representantes de los estudiantes, Maria Girbau, por los alumnos de Derecho, y Manuel Martínez, por los de Criminología, se dirigieron a los presentes con discursos que querían ser un recuerdo de los años pasados ??en la UIC. “La proximidad entre alumnos y profesores y personal de la UIC -decía Martínez- ha hecho que nuestro paso por la UIC haya sido un tiempo muy agradable. Nosotros somos el resultado del esfuerzo realizado por todos ellos”.

Finalmente, Javier Junceda, el decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UIC, agradeció de nuevo a José Luis Martínez López-Múñiz haber aceptado ser el padrino de esta promoción, y animó a los futuros juristas a trabajar duro ya que “con esfuerzo personal y compromiso, no hay problemas que no se puedan resolver”.