En primer lugar, la Dra. Caridad Bagur, directora del departamento de Fisioterapia y vicedecana de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, felicitó a los alumnos por el trabajo realizado durante el grado, así como profesores y familias. Asimismo, los alentó a "no dejar atrás la vertiente más humana de la profesión que le llevará a comprometeos día a día en el cuidado de los pacientes". Seguidamente, dio la palabra al padrino de la promoción, el Dr. Xavier Gil.

Durante su discurso, el padrino reflexionó sobre el futuro de los recién graduados y de cómo debería ser un buen profesional. En este sentido, afirmó que para llegar a ser un buen profesional: "la fuerza del amor o de la voluntad debe ser la fuerza motriz de toda su vida". También les alentó a no dejar nunca de formarse. "La formación no termina aquí, no puede quedarse donde ha terminado." Así, haciendo referencia a la nueva reforma de los grados dijo que, en su opinión, la formación va más allá de un "3 + 2", "yo creo que es un 3 + 2 + 1 + 2 + 1... es toda la vida... es la manera de mejorar, la formación es continua".

El padrino destacó también la importancia de la internacionalización, hacer estancias en el extranjero, tener inquietudes por la investigación y, finalmente, añadió: "poner en práctica los valores que os han enseñado en esta universidad."

Tras las palabras del padrino y la entrega de diplomas, se entregó también el Premio Extraordinario de Grado a la alumna Sandrine Rouet.

Los representantes de los estudiantes, Hugues Jean, Miriam Cerezo y Alfonso Moral, se dirigieron a los presentes con un discurso que seguía la estructura de un DAFO y con el que recorrieron todos los años vividos en UIC Barcelona.

Por último, el decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, el Dr. Albert Balaguer, cerró el acto con tres ideas. "Seremos mejores en la medida en que sepamos servir a los demás. Ojalá hayáis comenzado a imprimir estas competencias: aprender a aprender; no se termina nunca; que tengáis curiosidad día a día. En segundo lugar, tened un positivo espíritu crítico; reconoced que no todo lo que nos aparece es verdad; sabed discernirla. El tercero: sabed poneros en la piel de vuestros pacientes, de la gente a la que servís. Ponen en sus manos los que consideran más apreciado: su salud", dijo.

El acto terminó con el tradicional canto del “Gaudeamus Igitur”.