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Susana Pujol y Olga Lozano destacan la importancia de la detección e intervención precoz del TEA
Con motivo del Día internacional del Síndrome de Asperger, las psicólogas Susana Pujol y Olga Lozano, profesionales de la clínica Support y docentes del grado en Psicología, han enfatizado la necesidad de detectar el trastorno del espectro autista (TEA) de manera temprana para intervenir y mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias
Las dos psicólogas de UIC Barcelona recuerdan que este síndrome forma parte desde 2013 del trastorno del espectro autista y se considera TEA de alto funcionamiento o leve. Además, destacan la importancia de contar con diagnósticos precoces ya que una vez que las familias reciben el diagnóstico, estas pueden entender mejor el comportamiento de sus hijos y así pueden desarrollar estrategias efectivas de manejo conductual. En este sentido, el diagnóstico también ayuda a las escuelas a crear un plan educativo individualizado que se ajuste a las necesidades específicas de cada alumno.
Asimismo, Olga Lozano, psicóloga educativa, y Susana Pujol, psicóloga clínica, reclaman más formación especializada para el personal docente, señalando que la inclusión escolar aún es un desafío. Desde la vertiente psicoeducativa, Lozano afirma que, con el apoyo adecuado, los niños con TEA de alto funcionamiento pueden tener éxito académico en la escuela ordinaria y alcanzar su máximo potencial. Por este motivo es crucial que las escuelas proporcionen un entorno inclusivo que se adapte a las necesidades específicas de cada alumno con TEA, lo que requiere una mayor atención y recursos por parte del personal educativo.
Tanto la detección temprana como el apoyo continuo son fundamentales para mejorar la experiencia educativa y social de los niños con TEA, y la inclusión de estos alumnos en el aula no solo les beneficia a ellos mismos, sino que también enriquece la experiencia de aprendizaje de sus compañeros, fomentando la empatía y el respeto mutuo.
En la actualidad, los tratamientos más eficaces en el caso del TEA de alto funcionamiento incluyen un fomento de la comunicación y del lenguaje, técnicas de modificación de conducta y entrenamiento en habilidades sociales, involucrando a la familia en la terapia para que puedan apoyar al niño en su desarrollo. Al mismo tiempo, las dos expertas añaden que las intervenciones más efectivas son las que se realizan en el contexto natural del niño y de la manera más intensiva posible para que las habilidades aprendidas se puedan generalizar a la vida diaria.
Las expertas apuntan que en los últimos años ha aumentado de forma considerable la prevalencia de las personas con TEA, un hecho que atribuyen a la ampliación de los criterios diagnósticos, a una mejor detección y a una mayor concienciación y sensibilización social.