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Todo el mundo vuelve al Rick’s Café o cómo se hizo ‘Casablanca’
“Tócala otra vez, Sam”. Cualquiera acostumbrado, mínimamente, al mundo del cine relaciona esta frase con un gran clásico del cine, Casablanca. En realidad, en la que fue considerada la mejor película de 1943, nunca llega a decirse esta frase. Algo parecido, eso sí: “Tócala una vez” y “Tócala, Sam”. Es lo que tienen las historias míticas, que llegan a cruzar fronteras más allá de la realidad. De anécdotas parecidas habló Alfonso Méndiz, rector de UIC Barcelona y catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad, en la Librería Troa-Garbí, el pasado 15 de febrero
“¿Cómo se hizo ‘Casablanca’?” era el título de la conferencia, que corresponde a uno de los capítulos del libro Cómo se hicieron las grandes películas. Alfonso Méndiz Noguero, el autor, ante una treintena de personas, impartió una sesión en la Librería Troa-Garbí de Barcelona. De un modo muy ameno, desmenuzó todo el proceso creativo de la mítica película —que se llevó el principal Oscar en 1943—, desde que empezó bajo el título de Everybody comes to Rick’s, hasta verse en la gran pantalla como todo el mundo la conoce, Casablanca.
Méndiz fue presentado por Àlex Gorina, crítico de cine y presentador en Televisió de Catalunya y Catalunya Ràdio, que se refirió a él como “de esas personas que no abundan, un profesor y pensador”. Además, habló del libro —publicado en dos tomos— como de “dos gabinetes de curiosidades” que lo “hacen sentir como un personaje del siglo XVIII”.
Hechas las presentaciones, el catedrático acercó al público al proceso de creación de la película, siguiendo los pasos desde la compra de la idea hasta el estreno de Casablanca, paseando por los lugares en los que se rodó la película, desengranando la psicología de los personajes y actores y contando algunas de las anécdotas que tuvieron lugar durante el rodaje, que fue caótico: “El set principal todavía estaba en construcción cuando empezó a filmarse, hubo problemas de sonido… Era un auténtico caos y, no obstante, quedó una obra increíble”.
Las relaciones entre los personajes son, según Méndiz, “una de las joyas más bonitas de la película” y casi siempre hay triángulos entre ellos. “Es una historia que sigue siendo fresca y joven, ochenta años después. Aunque pasen los años, siempre nos quedará Casablanca”, concluyó.
Al final de la sesión hubo tiempo para el diálogo con el ponente. Alfonso Méndiz aprovechó para agradecer a Gorina la presentación y el lugar. “Para mí —dijo el rector de UIC Barcelona— es un honor que el mejor crítico de cine que hay en Catalunya me haya presentado. Doy gracias, también, a la Librería Garbí: ellos cumplen 65 años, nosotros 25. Gracias, porque esto no es un salón de actos, pero tiene esa magia de los libros, es un lugar donde se encierra la sabiduría y donde podemos ojear tantas historias”.