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Un estudio analiza las relaciones sociales con la arquitectura tomando como referencia la expansión urbana de Barcelona desde principios del siglo XIX hasta los años 60 del siglo XX
El artículo, publicado por la revista ANUARI d’Arquitectura i Societat, ha sido escrito por Pedro Casariego y Vicenç Sarrablo junto a profesores de la UOC y de la UPC
Los profesores de UIC Barcelona School of Architecture Pedro Casariego y Vicenç Sarrablo han publicado el artículo “Arquitectura y sociedad a través de la expansión de Barcelona” en el primer número de la revista ANUARI d’Arquitectura i Societat de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia. En el estudio han participado, además, Jordi Boixader, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, y Josep Maria Pons, de la Universitat Politècnica de Catalunya.
El artículo reflexiona sobre las complejas relaciones que se establecen entre arquitectura y sociedad. Para ello se ejemplifican cuatro situaciones que transcurren en la ciudad de Barcelona en el período de tiempo que va desde principios del siglo XIX hasta los años 60 del siglo XX.
“El documento pretende aportar una visión holística y proporcionar una perspectiva general de la relación de la sociedad con la arquitectura. El período citado se muestra idóneo por encadenar cronológicamente cuatro situaciones durante la expansión de Barcelona que se interrelacionan entre sí y que afectan a una misma sociedad. El documento es una revisión histórica que se centra en las relaciones sociales con la arquitectura como punto de interés”, explican los investigadores.
La expansión de Barcelona en cuatro situaciones
La primera parte analiza el período histórico que va del año 1800 al 1874, en el cual se lleva a cabo el derribo de las murallas de la ciudad y se proyecta un cambio físico radical en su entorno con el plan de ensanche. En esta parte, el documento revisa el rechazo y la baja aceptación social del proyecto planteado por Cerdà.
La segunda parte abarca la transición del siglo XIX y XX, en que algunos de los intelectuales de la época que rechazaron el proyecto de Cerdà acomodan ahora el lenguaje arquitectónico imperante en el momento, el Modernismo, para enviar un mensaje y reclamar el arraigo a lo local y a la tierra.
La tercera parte pone de relieve la timidez en el empleo del lenguaje del Movimiento Moderno tras la Guerra Civil Española y cómo algunos de los gurús del momento se retraen y vuelven a una arquitectura clásica cuya huella sigue hoy patente en algunos lugares de Barcelona.
Finalmente, la cuarta y última parte examina el empleo del lenguaje del Movimiento Moderno en los años 50 y 60. La banalización y el empleo masivo del mismo provoca el decaimiento y situaciones tan complejas como el barraquismo vertical: bloques en las afueras de Barcelona con graves deficiencias técnicas.
Las situaciones expuestas ponen de relieve las relaciones emocionales entre arquitectura y sociedad, ya que analizan el vínculo con el lugar, la identidad de grupo y el uso de la arquitectura como lenguaje. “La aceptación social de la arquitectura está condicionada en muchas ocasiones por el contexto social y político del momento histórico en el cual se desarrolla. La sociedad, como sistema, tiene mentalidad propia, se deja influir por corrientes y puede dar respuestas emocionales no basadas en la razón”, concluye el estudio.
Imagen: Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya. Generalitat de Catalunya