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Un estudio liderado por UIC Barcelona confirma la estabilidad de varias iglesias románicas del valle de Arán pese a las deformaciones estructurales
La investigación, en la que también han participado investigadores de la Universidad Rovira i Virgili, es el resultado de un estudio geométrico realizado con escáner láser terrestre (TLS)
Las deformaciones identificadas en la estructura de varias iglesias románicas del valle de Arán construidas entre los siglos XII y XIII son resultado de las pobres propiedades mecánicas del mortero utilizado en la época y del uso de mampostería irregular y de pequeño tamaño sobre unas geometrías de bóvedas cónicas. Es la conclusión principal que se recoge en el estudio “Grandes deformaciones en bóvedas de cañón: de formas antifuniculares a bóvedas funiculares”, publicado en la revista científica Revista Ingeniería de Construcción y liderado por el director de UIC Barcelona School of Architecture, Josep Lluis i Ginovart, la profesora Cinta Lluis-Teruel, y en el que también han participado los profesores de la Universidad Rovira i Virgili, Sergio Coll-Pla y Agustí Costa-Jover.
La investigación se ha basado en la toma de datos con un escáner láser terrestre (TLS) entre los años 2015 y 2020. Los datos obtenidos han permitido a los investigadores calibrar las deformaciones y desplazamientos sufridos en las iglesias de Santa Eularia d’Unha (s. XII), Santa Maria d’Arties (s. XII-XIII) y Era Mair de Diu dera Purificacion de Bossòst (s. XII-XIII), donde se tuvieron que llevar a cabo intervenciones de consolidación en los años 1975 y 2009 debido a las grandes deformaciones que presentaban, en algunos casos superior al 7 % de su condición inicial.
Para la comprobación del estado límite de equilibrio de las bóvedas, los investigadores se centraron en el estudio de Santa Maria d’Arties. Los resultados de sus análisis demuestran que, pese a las deformaciones que presenta esta iglesia en algunas bóvedas, sigue siendo posible trazar una línea de presiones en la sección de las mismas, con lo cual, la estabilidad del templo está garantizada. “La capacidad de deformación de estas bóvedas románicas pone de manifiesto la importancia que adquiere la rigidez de las obras de fábrica, a través del despiece y del tamaño de la mampostería, con propiedades mecánicas y de relleno del mortero. Así, los resultados del análisis evidencian la irregularidad geométrica y la enorme deformabilidad de fábrica, aunque sin llegar al colapso”, explican los investigadores.
El estudio analiza también las actuaciones de estribado llevadas a cabo con el paso de los siglos para la contención de estas deformaciones mediante, por ejemplo, la construcción de grandes contrafuertes, como el que presenta la iglesia de Santa Maria d’Arties, o bien mediante la incorporación en fachada de campanarios como elementos de contrarresto, como es el caso de los campanarios de Bagergue, Salardú y Vilac. “El papel del contrarresto es esencial para entender el equilibrio de estas edificaciones, ya que ejerce un empuje pasivo que acaba provocando, en algunos casos, la convexidad de las bóvedas”, señalan.
“Es muy difícil encontrar bóvedas con forma de cuchara. Algunas bóvedas del valle de Arán, debido a sus grandes deformaciones, están dispuestas al revés de como funcionan mecánicamente y, pese a ello, siguen siendo estables”, destaca Josep Lluis i Ginovart.