17/12/2020

Un estudio muestra que el humo residual del tabaco también puede ser un riesgo para la salud

Liderado por los epidemiólogos José M. Martínez-Sánchez y Cristina Lidón-Moyano, se trata del primer estudio que utiliza biomarcadores para cuantificar los niveles de cotinina en la saliva de las personas expuestas a los residuos que el tabaco deja en el ambiente y en las superficies del hogar después de fumar

Los residuos que quedan en el ambiente y en las superficies interiores debido al humo del tabaco también podrían ser perjudiciales para la salud, según un estudio liderado por José M. Martínez-Sánchez y Cristina Lidón-Moyano, miembros del Grupo de Evaluación de Determinantes de Salud y Políticas Sanitarias de UIC Barcelona, junto con investigadores del Instituto Catalán de Oncología (ICO L’Hospitalet de Llobregat) y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). 

El estudio, publicado recientemente en la revista Environmental Research, ha concluido que las personas expuestas exclusivamente al humo residual del tabaco en el hogar podrían presentan niveles de cotinina cuantificables en la saliva. La cotinina es una sustancia química que produce el cuerpo después de haber estado expuesto a la nicotina. 

Además, según el estudio, no se han encontrado diferencias en los niveles de cotinina entre las personas expuestas al humo de segunda mano —aquel que se inspira al estar cerca de alguien que fuma— y al residual del tabaco. Por ello, “la exposición al humo residual del tabaco, que contiene más de 250 productos químicos, podría ser un riesgo para la salud comparable a la exposición al humo de segunda mano, que ha sido calificado como cancerígeno de tipo I por la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer”, explica Lidón-Moyano, autora principal del estudio.

Aunque consideran que se necesitan más estudios para determinar “los efectos perjudiciales para la salud” que puede suponer el humo residual del tabaco, Martínez-Sánchez, investigador principal del estudio, ha destacado que el riesgo de este humo “es mayor especialmente para los niños pequeños debido a comportamientos específicos como, por ejemplo, gatear o llevarse objetos a la boca, y para los animales”.

Los dos investigadores han destacado la importancia de este estudio, ya que hasta el momento la mayoría de trabajos de investigación se han centrado en los componentes y concentraciones que persisten en las superficies después de haber fumado, pero hay muy poca literatura que utilice biomarcadores para cuantificar objetivamente la exposición al humo residual del tabaco en individuos.

Estudio completo: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33129855/