El diario entregó el lunes el galardón al Dr. Esteve Llargués, que imparte la asignatura, en el acto celebrado en el Teatre Nacional de Catalunya, ante la presencia del consejero de Salud de la Generalitat de Catalunya, el Hble. Sr. Boi Ruiz, y más de seiscientos profesionales de la salud. La propuesta de la UIC fue una de las 100 premiadas, escogida entre 1.500 candidatas.

Según los responsables de la titulación: “la asignatura da respuesta a un vacío existente en la formación de los profesionales de la salud. Aunque el uso racional y moderado de las pruebas diagnostico-terapéuticas empieza a constituir una preocupación en algunos puntos del planeta, como por ejemplo en el sistema sanitario estadounidense, los profesionales no tienen una formación específica en este campo hasta el programa de residencia clínica. En este sentido, un grado que contemple un plan de estudios en el que conste una asignatura como la que se imparte en la UIC representa una innovación docente de primer nivel”.

La asignatura, que se imparte tanto en el formato de clase magistral, como mediante el método del caso o a través de casos clínicos, persigue que el alumno pueda tener capacidad para elaborar un juicio diagnóstico inicial y establecer una estrategia diagnóstica razonada. Además, debe comprender la importancia y las limitaciones del pensamiento científico y ser capaz de formular hipótesis, y recoger y valorar de forma crítica la información para resolver problemas siguiendo el método científico. El estudiante, así, podrá planificar un estudio de pruebas diagnóstico-terapéuticas (indicación, prioridad y escalonamiento por complejidad) basado en el razonamiento clínico y el diagnóstico diferencial. Y, además, conocerá bien las pruebas para poder informar al paciente del riesgo o beneficio que conllevan. Finalmente, sabrá valorar las informaciones que aporta la prueba y hacer un contraste crítico con la clínica.