En su intervención, el profesor Escribano, durante la ponencia titulada “Fragilidad y creatividad: el deshacerse y rehacerse del mundo”, aseguró que la discapacidad y la creatividad “lejos de estar separadas están más unidas de lo que podría parecer”.

Escribano detalló que en la discapacidad, en tanto que puede vivirse como un obstáculo en el acceso al mundo, “se exige esencialmente que se lleve a cabo una tarea imaginativa y creativa para solventar de alguna manera todos esos límites”. Dado que las personas con discapacidad “parece que no pueden llevar a cabo de manera espontánea su relación con el mundo, precisamente hay una exigencia de creatividad e imaginación para superar esas barreras”.

El profesor puso como ejemplo la incorporación de personas con discapacidades físicas o psíquicas en la danza integrada: “Lo que se ha conseguido no es solo integrar o incluir a personas que también estarían excluidas del trabajo artístico, sino enseñarnos a todos a ver las capacidades de las personas presuntamente discapacitadas. Enseñarnos cómo la belleza y la discapacidad no son excluyentes y, de alguna manera, visibilizar las capacidades invisibles de personas que en principio podrían etiquetarse en un grupo de personas que no pertenecen al mundo de las capacidades expresivas.”

Asimismo, el ponente subrayó que las situaciones dolorosas que implican una limitación y una discapacidad “invitan a realizar una transformación del mundo”. En cambio, ha abundado, “las situaciones de bienestar, placer o funcionamiento perfecto no invitan a cambiar nada”.

A modo de reflexión final, Xavier Escribano lanzó la siguiente pregunta: “¿Quién no tiene alguna limitación o alguna discapacidad o es frágil y vulnerable en algún sentido? Las personas que padecen alguna discapacidad han pasado mucho tiempo luchando contra dificultades y, por eso, pueden convertirse en verdaderos maestros de humanidad y en verdaderos maestros en cómo superar la vulnerabilidad o fragilidad que todos, como humanos, tenemos.”