Al llegar a la instalación, se ven proyectadas en una gran pantalla una serie de imágenes en movimiento. Siguiendo el recorrido estas se llega al lateral, donde se pide a los visitantes que saquen sus teléfonos inteligentes y enciendan la linterna. Al rodear la pantalla de proyección, verán el lema “El següent també ha de gaudir de la pel·lícula” y se revelará qué estaba pasando tras el telón: una serie de zootropos accionados por las mismas personas y sus teléfonos. El público podrá aproximarse a un zoótropo y accionarlo para los visitantes que les suceden en la cola. La instalación presenta una cadena donde los usuarios pasan a la acción para que las personas siguientes también puedan disfrutar de la ‘película’.
Esta edición de Llum BCN ha tenido como uno de sus ejes vertebradores la crisis climática, que se ve reflejada en esta obra. La exposición pretende hacer reflexionar sobre las consecuencias que tienen nuestras acciones sobre las personas que nos suceden, en cualquier sentido que nos podamos imaginar, también en los gestos aparentemente sin trascendencia.
Ana Giorgadze, estudiante de Arquitectura y una de las creadoras del proyecto, comenta que lo mejor es que cada persona puede ser parte de la exposición con su luz. “Con esta simple luz, las personas crean la instalación. Usamos formas geométricas para crear sombras abstractas y conceptuales en el otro lado de la instalación, donde los usuarios pueden intercambiar su experiencia. Además, todo el material es reciclado”, afirma Giorgadze.
Los alumnos creadores del proyecto han sido Kanzy Rammeya, Simay Ozkayagan, Deniza Kostadinova, Lali Nyland, Alin Birisan, Zuha Bari, Hamza Chakib, Nadene Indraj, Sergio Avilés, Ana Giorgadze, Vlad Calugareanu, Selin Şınık, Katrin Abou, Alejandro Estévez, Gianfranco Casanova, Alejandra Toro, Andres Willie, Florian Maurette, Juan Trias de Bes y Maria Eggert. Han sido tutorizados por el profesor Iñaki Baquero.
El comité de expertos de Llum BCN otorgó una distinción a cada una de las escuelas participantes. UIC Barcelona School of Architecture ganó el premio analógico: “Esta obra tiene en cuenta la crisis climática. No propone una fuente de luz existente, sino que cada uno de nosotros llevaba la fuente lumínica. La pieza funcionaba con la interacción del público, tanto con la luz como con el movimiento de los elementos y con la sorpresa que generaba en el otro lado”.
