La romería tuvo lugar el pasado 8 de mayo. Esta vez, además, hubo algunas caras nuevas, como la de José Luis, del equipo de mantenimiento, y fue la ocasión, también, de reencontrarse con compañeros de toda la vida de la UIC que ya están disfrutando merecidamente de la jubilación, como Benito.

Se trata de una subida no muy complicada, que se puede hacer desde diferentes puntos y que tiene diferentes niveles de dificultades. Todo el grupo acabó en la explanada del templo del Tibidabo, donde hicimos parte de la romería. Este año, además, estuvimos acompañados por los cantos de una joven coral que ensayaba en el templo.

Como era de esperar –es básico, este final– el equipo de avituallamiento se adelantó para prepararnos una buena merienda, en la terraza de la cafetería del Campus Barcelona.

En definitiva, fue una jornada muy agradable que nos dejó con un buen sabor en el alma y en el estómago.